A María Moya Fombellida
Miro la catenaria
como si tú aún
tomaras el tranvía.
Y miro, sin mirar, el cielo; huele
a pájaros y a nube,
a
tabaco, a café.
Y me queman los ojos
y pienso en esos trenes de carbón
y
en avivar el fuego y en Ariadna,
como si ella pudiera,
ahora
que eres pan para la tierra,
mostrar el laberinto con un hilo.
Sandro Luna
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