Hay una tristeza inherente a las cosas
que las hace bellas
y
no quiero llegar a comprender nunca.
Hoy he tenido un
sueño triste
y he despertado en una cama carente de nada,
en
unas sábanas blancas y tristes,
y en el balcón mis plantas me
miraban tristes.
He salido a la calle y era pronto.
Los
domingos por la mañana
Madrid se pone más bonita que
nunca:
pasearla así ha sido como ver una estrella fugaz,
y
me ha parecido todo tan triste
que me he puesto la canción más
triste de mi cabeza
y he deseado la soledad.
Me he
acordado
de todo lo que he olvidado
y he maldecido el paso
del tiempo por un momento;
después he leído que la mujer de
Cortázar
tenía los ojos azules y apenados,
y el mundo me
ha parecido algo más sencillo,
pero también más triste.
Los
fantasmas también quieren flores,
pero la gente solo tiene
miedo.
He visto a una pareja sentarse separada
en el
metro
con los ojos a un centímetro de distancia,
a una
niña reírse a carcajadas de una verdad,
dos manos besarse en
una terraza,
una tierra abandonada a través de una ventana
y
a alguien pensar en otra vida,
y me he puesto triste
al
verme en todos ellos.
Después,
he vuelto a casa,
a
mi refugio blanco y triste,
a mi paz en calma culpable,
al
fin de cada comienzo,
y te he mirado tranquila y bella,
en
el sofá y en tu universo
de estrella fugaz,
y he dejado
toda la tristeza en la puerta.
Elvira Sastre
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