miércoles, 20 de enero de 2021

Me despido

 Me despido, y no como aquel que se despide

vacío, hueco, no como ese que se relame

ante pareceres dispares, ante adioses que

sólo son hastaluegos.

Me voy como lo que vine, como la antítesis

de lo ario, de lo puro, como aquel susto

que se repite, y no por no prevenirlo, sino

porque siempre es esperado.

Me voy y no sé lo que dejo: ¿amor?, ¿pena?,

¿alegría?, ¿sollozo?, ¿taciturnidad?, ¿apatía?,

¿desazón?, ¿éxtasis?

No sé, ¿vacío?

Dejar, dejo, ¿NO?

 

¿Qué sería de la gloria sin el legado?

Pues eso, que me piro, pero como aquel

que se va sin caminar,

con la sensación de que el camino es corto,

vamos, que me ha sabido a poco;

como aquel que corre como en sueños, sin moverse.

Me voy y no sé lo que dejo,

pero sí lo que me llevo: me llevo ese nosotros, esa identidad

hacia algo que hace que no tenga identidad,

que hace al hacer, que hace deshaciendo.

 

Desde tu masa cubierta de cráneo,

desde lo que queda en ti y sólo en ti,

no extrapolable a otros tú,

sino en tu tú, en se y por se,

quedará un yo, ese yo que sólo aparecerá

con un olor, con una risa, una nota,

un litro, una persona, un ruido, un silencio,

y, lo más importante, un pensamiento.

 

Solo cuando este cúmulo de pareceres

intangibles sea una masa que se simbiotice

con la masa cubierta de tu cráneo, que a su vez

quede simbiotizada con tu cuello,

solo ahí no me habré ido.

 

 Gata Cattana

 

No hay comentarios: