Después de haber perdido muchos trenes
que parecen más bellos por perdidos,
se llega a algún insólito lugar.
El viaje o su ilusión
cruza inviernos, sorpresas y locuras,
al perderse uno gana,
lleva no pocos años el saberlo.
Querer estar en raros extravíos
y accidentes es el aprendizaje
de echar de menos lo que no se ve.
Carlos Pujol
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