miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mano de obra

Mohamed Ashraf no va a la escuela.
Desde que sale el sol hasta que asoma la luna,
él corta, recorta, perfora, arma y cose pelotas de fútbol,
que salen rodando de la aldea paquistaní
de Umar Kot hacia los estadios del mundo.

Mohammed tiene once años. Hace esto desde los cinco.
Si supiera leer, y leer en inglés,
podría entender la inscripción que él pega
en cada una de sus obras:

Esta pelota
no ha sido fabricada por niños.

Eduardo Galeano

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