domingo, 3 de junio de 2012

Cadena perpetua

Como árboles
hay hombres que aferrados al destino,
atan sus raíces a la nada
y besan sólo el aire
que llega hasta sus brazos...
Desconocen del río su silueta,
la magia de su cuerpo vaporoso,
su alimento.
Sus anclas sólo visten el óxido
de un séquito de días infinitos.
La obsesiva soledad no les permite
ser abrigo de trinos y perfumes.
No saben de la vida...
tampoco de la muerte ;
son fetiches asentados a un único paisaje,
gris,
sombrío,
vestido de rutina.
Como árboles
hay hombres
que sólo han conocido
un único camino.

Guillermo Quijano Rueda

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