domingo, 25 de diciembre de 2011

MANIFIESTO - DENUNCIA - HARTAZGO

Mueren los niños somalíes
y en cada latido que se aleja
perdimos la posibilidad de ser
perdimos la batalla
perdimos las fuerzas
y las armas morales
perdimos prestigio
honra, dones y talentos
todo lo que me fue dado:
dignidad de vida.

Oh, inteligencia aletargada
voluntad impoluta y sin sentido
acabamos de nacer y ya morimos
hicimos largo viaje
y nada aprendimos
nos caímos, lloramos, nos dolió
fuimos a la escuela, estudiamos
sacrificio nulo de nuestros padres
porque aún así, nada aprendimos
hicimos trayecto muerto
compramos pasajes marcados
con destino suicida
nadamos en líquido amniótico
y de nada sirvió.

Me duele el sentimiento
y me duele el cuerpo
me pesa la razón
y me carcomen los intereses personales.

Tanto que nutrió la placenta
y tanto que costó estar aquí
fuimos milagro de vida
en algún momento
que ya no recuerdo y ahora...
vida que se extingue
de nuestro centro
y al este de África.

Muero porque ellos ya no viven
muero en cada paso y visión que tengo
muero en la voluntad de ser
muero en cada mañana
que me empuja a nacer
muero, por fin, porque ellos mueren.

Vomitan los pueblos de lo suyo
cada cual con su linda bandera
y mueren los niños somalíes
y yo me inmolo tratando de vivir
arrastrando mis pies a unas letras
y de antemano sé que nada cambiarán.

Mueren los niños somalíes
pero esos ojos no los quiero ver...
no, no! no me los muestren
que mi capacidad de accionar es nula
me morí en el intento de ser racional
me perdí en el esquema de la distribución
me ahogué en riquezas superfluas

El que tenga ojos para leer, que lea
el que tenga equilibrio personal
que se equilibre ahora
porque mueren los niños somalíes
y nosotros junto con ellos.

Maritza Álvarez Vargas

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