- Lo que se queda
- es la estación de llegada,
- es como el aletear de un pájaro
- que ha dejado de emigrar,
- Hojarascas que recuerdan
- pasado otoños,
- incendios que incendiaron
- su fogata bajo tres centímetros
- de piel.
- Lo que se queda
- se llama por su nombre
- y no miente,
- porque le ha cocido
- el vestido a la vida
- y descorrido sus cierres
- cuando le sofoca la asfixia.
- Lo que se queda
- ha recorrido laberintos,
- las calles nocturnas del asfalto
- que se quedaron tatuadas
- en el alma.
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