Cuando dijisteis: Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra,
¿no había árabes, trigales, pinos de Alepo en nuestros valles
y gargantas desde el Mar de Galilea al Neguev?
Cuando Palestina era nuestro hogar desde siglos
¿visteis acaso que lloviese hacia arriba?
Las mujeres inventaron los besos,
vosotros una bomba atómica.
Cuando soltasteis a los perros rabiosos
en la primavera y el verano del 48
y vuestras milicias del Irgún y Haganah
destruyeron más de 370 pueblos
¿quién nos robó la tierra, quién mató a nuestros hijos
y lo que respiraba bajo el cielo y los alminares?
Cuando exterminasteis a todos los habitantes
en Deir Yasín, Abú Shusheh, Al Dueimeh, Kafr Kasem
¿aún os perseguían las SS hasta el Monte Sión
o está escrito en los rollos de la Torá
que el maltratado se hará maltratador?
Cuando soplabais el shofar el día de Yom Kipur
¿quién salpicó de sangre las moras, los garbanzos,
las almendras, los higos?
Nosotros no matamos a Cristo,
nosotros no arrojamos la primera piedra.
Cuando respirábamos dentro de las palabras,
y los íbices bajaban a beber a los wadis
avanzada la tarde o con los fríos del amanecer,
cuando imitaban las tórtolas
venidas de Senegal nuestra risa
y regábamos los lirios en los acantilados,
¿quién nos robó el agua, quien falseó la historia,
quién mató a nuestros hijos,
quién nos expulsó del espacio y del tiempo?
Los tanques que hablan hebreo disparan en shabat.
Nosotros no matamos a Cristo,
nosotros no arrojamos la primera piedra.
Ángel Petisme
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