Esos tristes trapos viejos,
que entre zurcido y remiendo
sin hacer mayor estruendo,
a veces, llegan de lejos.
Dulces recuerdos zurcidos
con agujita de luna,
y con nanitas de cuna
de aquellos tiempos perdidos.
En vieja colchita rota
se van prendiendo ternuras,
algunas penas muy duras
y, una que otra, hermosa nota.
Tejida con mil retazos,
con blanda lana de vida,
y llanto de despedida
para abrigar los abrazos.
Cómo ignorar un abrazo
de trapos viejos tejido,
pues no está hecho de olvido,
sino de soles de ocaso.
Abrazos de trapos viejos
mulliditos y adorables,
siguen tibios y entrañables,
aunque vengan de muy lejos.
Que no te falte mi abrazo
de trapo viejo zurcido,
si es un tibio y dulce nido,
que te ofrezco entre mis brazos.
Zandra Montañez Carreño
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