Yo
soy la anciana primera
de
la tierra.
Vine
de un tiempo derramado,
de
una sílaba irrepetible y perfecta
que
aún persiste.
El
tiempo es una mujer
que
fundó la primera arcilla,
la
gran balada para ser habitada,
la
tierra de los eternos anillos
de
los golpes de espada,
de
la luna infinita.
Fundé
un cosmos en mi peregrinar
y
de mis lágrimas brotaron
animales
callados, perfectos,
altos
tigres,
luminosos
jaguares
y
águilas que desafiaron la luz.
Mas,
conservo de mi una lágrima oculta
del
mismo color de la brisa,
con
la sonora trepidación de los mares,
un
alto vuelo como el vuelo del águila
Es
la gota para habitar
una
vida después de la tierra,
después
de la nube,
después
del espacio.
Me
iré con mi lágrima
a
depositar el misterio en un río de ríos,
en
todos los ríos.
Un
día como todas las madres
fundaré
de nuevo la gota de la vida.
Mía
Gallegos
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