que regaron la tierra con su sangre,
que parieron con placer y nutrieron con sus tetas.
Soy hija de los hombres que honraban el vientre de mis abuelas
y nos sabían serpientes, lobas, hermosas.
Soy hija de las mujeres-bosque
que corrían desnudas por la tierra mojada
y mojaban sus vientres con ella.
Soy hija de las mujeres-madre
que amaban a los árboles como a sus hijos
y ofrecían su cuerpo como alimento.
Soy la mujer que recuerda,
soy la mujer que corre desnuda por el bosque,
la loba,
la que se arranca la ropa
y se da cuenta de que también respira por el coño
y por los brazos
y por los pies
y por el pecho
y que la ropa es la red, la trampa.
Soy la que sabe que la tierra cura
y abre las piernas y se cura con ella,
ungüento sagrado.
Mujer sagrada.
Mujer de luz.
Mujer de sombra.
Diosa de la muerte y de la vida
que lleva en su vientre el recuerdo.
Recuerda en tu vientre, mujer,
recuerda en tu vientre,
recuerda en tu vientre
y enciende la hoguera.
Elena Alonso
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