mirad su cuerpo el azufre rojo
fecundando entre
los dientes mirad los estambres las ortigas los
ruidos creciendo como husos afilados como
ampollas inflamadas donde no hay espejos donde
sólo rastrojos que incendiar escuchad su hálito su
rastro lúcido y frágil eco titilante hundiéndose
serpenteando mudo entre secretas lucernarias
entre ocultas lápidas de heno y sal
los dientes mirad los estambres las ortigas los
ruidos creciendo como husos afilados como
ampollas inflamadas donde no hay espejos donde
sólo rastrojos que incendiar escuchad su hálito su
rastro lúcido y frágil eco titilante hundiéndose
serpenteando mudo entre secretas lucernarias
entre ocultas lápidas de heno y sal
Carmen Crespo
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