lunes, 24 de mayo de 2010

EL CLUB DE LAS MUJERES MUERTAS

A las que se rebelan,
no se callan;
las humildes y las mansas,
Las que imaginan cosas, imposibles,
el derecho a ser felices.

A las que viven solas, pisoteadas,
las que ya no esperan nada;
A las desamparadas olvidadas,
las que caen y se levantan.

Cuántas vidas humilladas,
cuántas lágrimas calladas.
Lo más triste es la tristeza
en el club de las mujeres muertas.

A veces porque miran,
porque callan,
porque piensan, se delatan.
A veces porque cuentan,
porque lloran,
o porque no entienden nada.

Hay quien perdona todo
a quien las mata,
por un beso, una mirada.
Hay quien lo espera todo de quien ama,
y no pierde la esperanza.

Cuántas vidas humilladas,
cuántas lágrimas calladas.
Lo más triste es la tristeza
en el club de las mujeres muertas.

Quemadas, arrastradas por los pelos,
torturadas, devastadas,
violadas legalmente,
apuñaladas,
algún juez las mira y pasa.
Dicen que tienen celos
y se nublan, que no saben lo que hicieron,
y cuando beben dicen
no ser ellos, yo soy yo más este infierno

Cuántas vidas humilladas
cuántas lágrimas calladas.
Lo más triste es la tristeza
en el club de las mujeres muertas.

Víctor Manuel

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