sábado, 4 de octubre de 2008

Poema 14 (Desplazados del paraíso)

Alguien tendrá que detener esto.
Alguien, no sé quién,
debería abrir alguna puerta de su morada,
—su corazón incluso—
y generoso decir, a pesar de sus heridas:
—Entra, esta es mi casa,
bebe de mi agua
y reposa para siempre de la huida.

Antonio María Florez

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