Cuántas
veces podremos dibujarnos
el
vientre en silencio
por
el hijo que no tengo
por
las manos que gritan
el
abismo perfecto
Las
mujeres de pie
sepultadas
en tierra
sorteándose
el futuro en la bala
los
ojos desaparecen
dónde
está Fur
dónde
Zaghawa
dónde
Masalit
esta
vez no fue el trigo
el que empapó sus
cuerpos
la
lengua de los ancianos no gobernará
pueblo
de sombras
el
mijo ha
quedado en silencio
Se
incineran los pasos
antes
de rozar
la
superfcie de la tierra
ella
gime en nuestras manos
cuando
nos despertamos siendo los mismos
le
mentimos al tiempo
haciéndonos
infnitos
en
los minutos
que aún no han llegado
en
los gritos
cultivados
en la mirada
Jugamos
a construir un rostro
ante
el espejo
en
el que nos podamos reconocer
como
otros
capaces
de tornear el silencio
de
sumergirnos mudos
en
las dudas
de
aceptar y reír
con el ausente
de
hablar con la piel
pero
entonces
la noche
se nos viene en el
cuerpo.
Estrella Gomes
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