sábado, 5 de mayo de 2012

Disculpa

No me tachéis de inconsecuente porque mi corazón
haya sido apresado por una voz que canta.
Hay que estar serio unas veces y, otras, dejarse emocionar,
como la madera de la que lo mismo sale el arco del guerrero
y el laúd del cantor.

Ibrahim Ben Utman

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