jueves, 4 de julio de 2019

Canto a los míos


Vivimos de prestado: no vivimos.
Fuimos menos que el sueño
de una generación, la fronteriza
de todos los anhelos.
Sé que no hemos vivido.
Un hada mala a nuestro nacimiento
presentó y nos lanzó la baba
de su poder maléfico:
"Habréis de hacer camino,
hacer camino lejos
recorrer las rutas que otros fijen
y recoger el grito de otro acento...”
Sé que hemos asistido
con los ojos abiertos
al vivir de los otros,
que hemos estado atentos
a la muerte del héroe
a la del mártir y a la del obseso.
Sé que hemos enjuiciado
y medido y pesado el oro ajeno
y no nos queda nada entre las manos
a que llamarle “nuestro".
Sé que la juventud paso de largo
o que nacimos viejos,
con la sangre entibiada,
cansados del esfuerzo
que otros realizaron.
Ellos fueron la voz
y nosotros el eco,
ellos fueron la llama
nosotros humo denso
ellos fueron la imagen de la vida
nosotros el espejo...
Hoy, en la edad de Cristo,
quiero coger mi verso
como un canto rodado,
firme y duro en el cuenco
de mi mano y estrellarlo 
contra ese turbio espejo
a ver si ya hecho añicos,
despedazado y roto, ya indefenso,
siento latir el pulso de los míos,
el pulso tuyo y mío, el pulso nuestro.

Nuria Parés

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