domingo, 25 de marzo de 2018

La sentencia

 
Lo malo de esta situación
­­–o lo bueno, según se mire, que todo es relativo–
es que hay que vivir al día.
Se acabaron las citas, las agendas. De pronto
nada sirve de un día para otro.
Ni tú mismo mandas. Es tu propio organismo
tu luz y tu ceguera. Nada importa que el sol
salga radiante hoy y se vista de domingo.
Hay otro calendario y otro dedo en las nubes
y has de acostumbrarte a saber que eres sombra
tú que siempre creíste en la luz del verano.

 J.M. Santiago Castelo

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