Pido la luz y la insolencia: pido
la claridad, la certidumbre
de los hechos
con parecido empeño al que asumiera
Blas de
Otero al pedir la paz y la palabra.
En esta calle oscura, en esta latitud
que
al lado de mi casa tiembla a veces,
en el precario territorio
donde el tiempo señala
la frágil densidad de los proyectos
de
vida, tiendo mis años como alfombras
y pido la luz y la
insolencia.
Cerca,
otras vidas extienden sus alfombras
ajadas, su piel
rota, su mirada
como un pozo sin agua, como un pozo.
Manuel Rico
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