viernes, 2 de febrero de 2018

Invisible


En las tardes de luces que ya no iluminan
me siento a escribir con el corazón seco.
En la habitación pequeña del alma quejumbrosa
me esfuerzo en la escritura de aquello que es más mío
para así poder ser ante los otros.
Extraigo lentamente lo que vive en lo oculto
y lo enredo despacio en mis palabras.
Dejo caer la vergüenza, lo mismo que la ropa
Lo pongo todo encima de la mesa
como una estrella falsa a la que todos miran.
Abalorios baratos,
reflejos opacados de luna en los cristales sucios
En realidad no estoy sobre esa mesa.
Me devoro y me muestro devorada,
escindida, ahogada en el mar de las palabras.
En mi sólo está el hueco de la vida,
el río que se pierde entre tumbas sin nombre.
Silencio roto sólo por esa que me mira
cuya palabra llega a pesar de los ecos
que ahora también callan.

Beatriz Gimeno


No hay comentarios: