lunes, 22 de febrero de 2016

FLORES ÁCIDAS




Para Anusha *, a su memoria



Mejor si con paciencia de artesano

–aguja y tinta de tatoo mediante–

esas flores sin pétalos se abrieran en tu piel,

            –Anusha–


Mejor si marcado al roce del arte,

el relato nombrara sólo adolescencia:

mariposa / amor / luna / ideograma;


mejor si cubierto de arena cada estambre

si trazos en la memoria del siglo

           –de los siglos–

si tallado en la piedra el monolito,

hendido a golpes de gubia

entintado el surco y mil

veces copiado el lema y volanteado

a las muchachas vecinas.


Nunca este serpenteo de flores ácidas

esta culebrilla amorfa,

tu luz acribillada en el oscuro caldo:


manos amadas –y armadas–

gatillaron /chamuscaron

tu frágil envoltura

capa sobre capa

dragados tus ríos

tus colinas

la seda oliva de tu piel

      –aniquilada–

la inscripción de la belleza en el estuche .


Ni aguas abiertas

ni cruce impune a la otra orilla.


Sí tu negra caja

de puños y madera lacrada

cerrados / impotentes,


gotea sangre la lengua del poema:

alfabetos / deletreos / delirios

la cartografía de tus nuevas estaciones:


dolor

desamparo

intemperie


muerte.

Marta Ortiz

sábado, 20 de febrero de 2016

Petición autorizada


¿Me permite usted, señor?
¿Puedo abrir las ventanas de mi corazón
a las envolventes tentaciones de la luz?
¿Y, aunque sea desde la distancia,
mirar las bellezas de la vida?

¿Me permite usted, señor?
¿Me permite ser yo misma – una mujer…
de entre todos los trescientos sesenta y cinco días del año,
por sólo uno, liberarme
de sus órdenes y prohibiciones?

¿Me permite usted, señor?
¿Me permite tomarme la libertad natural
de recostarme sobre la hierba verde
y siendo aún más generosa que el sol
dar al suelo expectante
la tibieza de mi cuerpo y alma?
¿O, en los cultivos a lo lejos,
posarme sobre un árbol solitario
para cantar en el campo
buscando la comunión con los pájaros
y la armonía con los ríos,
en los cuales nadan extáticos cardúmenes de peces
y, en recuerdo
de todos mis susurros de amor a la lluvia,
rendirme a una libertad por mucho tiempo ansiada?

¿Me permite usted, señor?
¿Me permite tan sólo por un rato en su sociedad impuesta
ser eximida de las molestias de los
“¡Detente!”s
“¡No hagas!”
“¡No!”s
y “¡Nunca!”s?
¿Me es permitido, si usted cortésmente me concede el derecho,
soñar con el amor?
¿Y, fascinada por los audaces versos del amotinamiento,
el encanto envolvente de un beso,
y el cautivador brillo de la libertad,
evadirme
de la severidad de los oficios domésticos,
impuestos exclusivamente a la mujer?

¿Me lo permite, señor?
¿Me permite por unos momentos de alivio, dejar
la aguja y el hilo,
la ropa y la plancha,
la tetera y la estufa,
y bajo los cielos infinitos del romance,
fusionar mi ser
con esos adorables momentos de sentido común e inteligencia,
que su “CÓDIGO” me ha negado siempre?

 ¿Me lo permite, señor?
¿Me lo permite, señor?
¿Me permite saludar algún día a un vecino?
¿O tejer una bufanda para algún transeúnte
Con los hilos de mis lágrimas no derramadas?
¿Y puedo emigrar sin un “permiso”
al altar de rosas
allá a lo lejos – en los fragantes campos de la primavera?

 ¿Me lo permite, señor?
¿Me lo permite?
¿Me permite luego burlarme de cualquier cosa de acá? Sí, burlarme, ¡señor!
Y decírselo en su cara:
su “Yasa”[1] es una vergüenza
y la justicia en la que usted cree,
es, de hecho, una desgracia.


Nahid Kabiri

jueves, 18 de febrero de 2016

La mujer de Lot



Nadie nos ha aclarado todavía
si la mujer de Lot fue convertida
en estatua de sal como castigo
a la curiosidad irrefrenable
y a la desobediencia solamente,
o si se dio la vuelta porque en medio
de todo aquel incendio pavoroso
ardía el corazón que más amaba.

Amalia Bautista

martes, 16 de febrero de 2016

domingo, 14 de febrero de 2016

Ahora aquel niño es este hombre

Nací el 1 de enero del verano,
en la primavera de los dientes del invierno,
cuando el otoño guardaba su ropa.
Nací apartando la tristeza con la mano
pero no me llegaba con la fuerza
así que se quedó a mi lado hasta los 20.

Cuando eres niño la vida es un acontecimiento.
Cuando eres niño y no te quieres
el mundo se vuelve pared
y la vida un pedazo calcado del invierno.

Era un inválido emocional,
os juro que lo era.
La soledad me apuntaba con sus cañones
y no encontraba consuelo en nada
pero corría por si acaso hacia los brazos
de mi madre.

Ahora he crecido
y el niño que fui aún sigue presente
en cada una de las arrugas de mi rostro,
asoma la cabeza cuando sonrío
y se asombra cada vez que una persona
realiza un acto bello.

Sé que ese niño sufrió,
que he curado muchas de sus heridas
y que ese niño no debería volver
porque el adulto es más feliz
menos frágil.
Pero algunas tardes lo echo de menos
y entonces me gustaría hablarle
y decirle que me perdone
por no haberle querido algunas veces
y no haberle podido rescatar de aquella infancia
de pies planos
y calles opuestas.

Ahora aquel niño es este hombre.
Cuando hables conmigo,
si puede ser, míralo con ternura
que ya no está pero por algún lugar
aún sigue triste
y le vendría bien todo la calidez

que a aquellos días les faltaba.

Marwan

viernes, 12 de febrero de 2016

El poeta


El poeta es un terrorista,
pone bombas en las mentes complacientes,
en la conciencia de los políticos.
Las palabras son la metralla,
sus víctimas los sentidos,
nunca salen intactos cuando activa
el detonador de una metáfora
o llena de pólvora un soneto.
Los daños colaterales
son aquellos hombres
que no saben disfrutar de la belleza,
por este orden:
políticos, burócratas, banqueros,
machistas, mercaderes del sistema,
chantajistas, vigilantes, estafadores,
generales, traficantes.
Así que anda con cuidado
cuando te acerques a un libro,
cuando pases por la sección de poesía
de unos grandes almacenes,
que la poesía es un arma cargada de futuro

y los poetas los sicarios a sueldo del amor.

Marwan

miércoles, 10 de febrero de 2016

Por ejemplo

Por ejemplo el dirigente de un partido neonazi entre barrotes.
Por ejemplo asumir su responsabilidad.
Es nuestra culpa, fue nuestro error.
Por ejemplo la palabra dimisión.
Por ejemplo la vacuna milagrosa de la malaria,
de la pobreza, de la estupidez.
Por ejemplo la última privatización en el banquillo.
Por ejemplo el dedo del pueblo aplastando a los mercados.
De una vez.
Por ejemplo una España sin picaresca,
sin buscar enriquecerse a costa de.
Por ejemplo el hombre crítico con su propia ideología.
Pr ejemplo un poema que le corte la cabeza un ministro.
Por ejemplo el desarme nuclear.
Por ejemplo la demostración científica del karma.
Por ejemplo el final del sionismo.
Por ejemplo un anónimo donando su hígado a un banquero.
Por ejemplo un banquero que arde. De vergüenza.
Por ejemplo la ética llegando al poder.
Por ejemplo que Prosperidad sea algo más
que un barrio del noroeste de Madrid.


Todas esas noticias

 que a uno le gustaría leer
de una puta vez en el periódico.

Marwan

lunes, 8 de febrero de 2016

Sima teológica


¿De qué tamaño tendrá Dios
el corazón?

¿Le late a Dios, o
lo tiene detenido?

Debe ser más impresionante
que la mezquita de
Casablanca por adentro:
ya me figuro el ventrículo izquierdo,
su bóveda celeste tiñéndose de rosa,

las amplias avenidas de aquellas venas cavas

y el abismo de su aorta descendente,
o el sonido de la válvula mitral
abriéndose y cerrando su portazo
de cuatrocientos chelos enfrenando al concierto.
Y la sangre ¿ha de ser transparente?
Si nosotros, pedestres, desplazamos
cinco litros de sangre por minuto,
¿cuántos desplaza Dios, si es que le late?

Si nuestro corazón se mueve
y toca sus tambores al margen de nuestra voluntad,
¿el de Él ha conseguido toda su autonomía?

¿O depende del capricho y del menor descuido?

¿Y si no tiene Dios ni corazón ni páncreas,
ni tejido esponjoso ni cerebro?

¿Y
si Dios está vacío? 

Eduardo Casar