lunes, 1 de junio de 2015

INVOCACIÓN DEL LENGUAJE


Con vos quería hablar, hijo de la grandísima.
Ya me tienes cansado
de tanta esquividad y apartamiento,
con tus significantes y tus significados
y tu látigo húmedo
para tiranizar mi pensamiento.
Ahora te quiero ver, hijo de la grandísima,
porque me marcho al tiro al país de los mudos
y de los sordos y de los sordomudos.
Allí van a arrancarme la lengua de cuajo:
y sus rojas raíces colgantes
serán expuestas adobadas en sal
al azote furibundo del sol.

Con vos quería hablar, hijo de la grandísima.

Óscar Hahn

sábado, 30 de mayo de 2015

La abuela y los ángeles

Cuando nevaba
La abuela decía
'Los ángeles están en una pelea de almohadas'

Cuando tronaba
Ella decía
'Los ángeles están moviendo los muebles'

Cuando el viento hacía temblar las ventanas
La abuela nos decía
'Los ángeles están soplando sobre la sopa caliente'

Cuando alguien moría
Ella nos decía
'Los ángeles tienen otro amigo con quien jugar'

Cuando la abuela se murió
Los ángeles también.



Roger McGough

viernes, 29 de mayo de 2015

DE CIERTAS IMÁGENES Y SEMEJANZAS


Hay madres
parecidas al silencio
de la misma manera
que se parecen al silencio
las mujeres tristes.

Se confunden fácilmente desde lejos
con una antigua fotografía,
más bien con un lienzo desvelado
que espanta noches en la habitación fría.

Persiguen fantasmas
por corredores y desvanes
y en el jardín de la infancia
en nombre de los sueños
conjuran hijos que nunca
aprendieron las reglas
o desistieron del juego
antes que ellas.

Me imagino
que su tristeza les viene
a madres como éstas
de vivir constantemente hacia atrás.

De su claridad cuando observan
que todo lo que saben
no tiene ninguna importancia.

Y ahí se quedan
como pidiendo perdón
Porque los años

solamente traen años. 

Teresa Calderón

miércoles, 27 de mayo de 2015

LEJANÍA



Estoy muy lejos
queriendo regresar.
El regreso no es regreso
sino fuga.
Lejanía es otra
forma de decir
que los ojos
se quedaron atrás.

Teresa Calderón


lunes, 25 de mayo de 2015

AUTORRETRATO A LOS VEINTE AÑOS


Me dejé ir, lo tomé en marcha y no supe nunca
hacia dónde hubiera podido llevarme. Iba lleno de miedo,
se me aflojó el estómago y me zumbaba la cabeza:
yo creo que era el aire frío de los muertos.
No sé. Me dejé ir, pensé que era una pena
acabar tan pronto, pero por otra parte
escuché aquella llamada misteriosa y convincente.
O la escuchas o no la escuchas, y yo la escuché
y casi me eché a llorar: un sonido terrible,
nacido en el aire y en el mar.
Un escudo y una espada. Entonces,
pese al miedo, me dejé ir, puse mi mejilla
junto a la mejilla de la muerte.
Y me fue imposible cerrar los ojos y no ver
aquel espectáculo extraño, lento y extraño,
aunque empotrado en una realidad velocísima:
miles de muchachos como yo, lampiños
o barbudos, pero latinoamericanos todos,

juntando sus mejillas con la muerte.

Roberto Bolaño

sábado, 23 de mayo de 2015

Mensajes



En este momento estoy ausente,
pero puedes dejar algún mensaje
y te llamaré cuando vuelva.
Si eres el amor
llama más tarde, o tal vez otro día;
si eres la soledad
espera, pronto estaré contigo;
si eres el suicida
marca otro número, apenas queda tiempo;
si eres la muerte
elige otro destino, sólo soy una técnica;
si eres el pensamiento
abandona, este hilo no medita;
si eres la palabra
da la vuelta, aquí nadie te pronuncia;
y si eres una voz anónima
que llamas angustiada
en cualquier momento llegaré a casa:
habla después de oír la señal.

Francisco Gálvez

jueves, 21 de mayo de 2015

Poética



Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la página querida,
que te tumben a pedradas la puerta,
que la gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un prodigio o un muerto.  

Heberto Padilla

martes, 19 de mayo de 2015

En tiempos difíciles

A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles esta es, sin duda, la prueba decisiva.

Heberto Padilla  

domingo, 17 de mayo de 2015

África


Cuántas veces podremos dibujarnos
el vientre en silencio
por el hijo que no tengo
por las manos que gritan
el abismo perfecto

Las mujeres de pie
sepultadas en tierra
sorteándose el futuro en la bala 

los ojos desaparecen

dónde está Fur
dónde Zaghawa
dónde Masalit
esta vez no fue el trigo
                                el que empapó sus cuerpos
la lengua de los ancianos no gobernará

pueblo de sombras
el mijo             ha quedado en silencio

Se incineran los pasos
antes de rozar
la superfcie de la tierra
ella gime en nuestras manos
cuando nos despertamos siendo los mismos
le mentimos al tiempo
haciéndonos infnitos
en los minutos
                que aún no han llegado
en los gritos
cultivados en la mirada

Jugamos a construir un rostro
ante el espejo
en el que nos podamos reconocer
como otros
capaces de tornear el silencio
de sumergirnos mudos
en las dudas
de aceptar y reír
             con el ausente
de hablar con la piel
pero entonces
      la noche 

            se nos viene en el cuerpo.

Estrella Gomes

viernes, 15 de mayo de 2015

DE LA FORMA DE LA POESÍA



En general, se puede llegar a decir lo mismo
diciéndolo de otra manera.
¡Pero ahí está la cuestión!
En encontrar el rodeo.

Juan Calzadilla


miércoles, 13 de mayo de 2015

POÉTICA



Las plantas crecen de su cuenta.
Nadie ve cómo ni en qué momento.
Su crecimiento es una acción pasada.
Al menor descuido tuyo, madura
un tomate. Volteas, y abre la flor
violeta del durazno.
Y crees que tu mirada contribuye
a ese pequeño milagro.
¡Cuán equivocado!
Todo pasa sin que te enteres. ¡Y tienes

todavía el coraje de creerte dueño del jardín!

Juan Calzadilla

lunes, 11 de mayo de 2015

HISTORIA DE LA CRISIS




Dios dispuso de bastante tiempo
para constatar que mi país estaba torcido
y, pese a todo, no pudo enderezarlo
o no se molestó en hacerlo
cuando hubiera podido,
quizás convencido de que era ya tarde
y dejó que siguiera como estaba.
Ahora es difícil hacer algo.
Dios también está torcido

y aquí nadie cree en milagros.

Juan Calzadilla

EN SECRETO


¿Por quién canta la oscura caracola
y su polvo de siglos
por qué persiste aún?
Hemos partido tantas veces
bajo el breve temblor de las estrellas
que huir de nuevo
es sólo más camino.

No se parte.
Nunca se parte
se regresa siempre.

Amparo Osorio

sábado, 9 de mayo de 2015

Tren


Lo importante es irnos
y no donde vamos
y nunca llegar más lejos
que antes de partir.

Claudio Rodríguez Fer



jueves, 7 de mayo de 2015

Signo de escorpión


Sabrás que para ti no habrá descanso,
La paz no está contigo, tampoco la fortuna:
El signo así lo ordena.
Te pagan bien los astros esta guerra:
Por más breve que sea la cuenta de tu vida,
Pequeña no será.


José Saramago

martes, 5 de mayo de 2015

Música


Mi tía concilia el sueño a los ochenta años
escuchando viejas canciones en su radio portátil.
En su pieza, en lo oscuro,
el éter se ha transformado en algo vital.
Supongo que estas cosas pasan
y me pasarán también a mí.
Sobre el final de la vida
la única música que existe
está fuera de nosotros.


Fabián Casas  

domingo, 3 de mayo de 2015

Un paisaje con gente

Estar así fundido en el paisaje.
Ser parte de él.
Una hebra prendida,
una gota de un curso,
un pequeño motor
del movimiento.

No ser tan sólo uno,
ser uno entre los otros,
en esa irrigación
que das y dan los otros.


Luis Muñoz

viernes, 1 de mayo de 2015

El pueblo

Acá las personas son minoría
y a veces (muy raramente) se las puede ver
caminando preocupadas entre la multitud de vacas, de ovejas
y se ríen solo cuando tratas
de hablar con ellas sobre la justicia.
Se mueren de risa cuando les mostrás
un árbol y decís - miren qué belleza
en el resplandor de la puesta de sol,
y prácticamente se caen al suelo muertas de risa
torciéndose, cuando les lees
unas cuantas líneas
de poesía clásica de amor
y de belleza
eterna.
En general, acá oscurece temprano.
Aquí cenan con la luz apagada,
y la oscuridad universal se restriega
con crujido de cucharas que rozan platos,
En general, las personas acá viven poco,
morir aquí se considera
un asunto serio, digno de machos,
y aunque el camino al cementerio es corto,
a toda costa tratan de alargarlo
andando por el laberinto de las casas y los patios.
Se acuestan en el ataúd con las caras preocupadas,
colocándose el gorro hasta las orejas.
Calladas. Calladas como una roca.
Y solo ante el pozo, cuando el cura
rascándose la espalda,
empieza, apurado, a hablar de la justicia, del amor
y de la belleza eterna
en la tierra y sobre todo en el cielo,
una sonrisa leve aparece
en las caras pálidas y peludas
y algo se dicen entre ellas
moviendo los labios imperceptiblemente ...
¿Qué dicen?
Ay, si fuera posible entenderlos
entre el llanto fuerte de las mujeres, el cacareo de las gallinas
el mugido de las vacas
y los insultos caóticos de los perros...


Hovhannes Grigoryan  

miércoles, 29 de abril de 2015

SUBDESARROLLO


Está en la cantidad de perros vagos
No está en los bolsillos del usurero
Está en la mente insana de los enajenados
No está en transacciones ni gallo medianochero
Está en calles con hoyos, puertas sin cerrojo
Con lamento, con desidia, como terremoto sin anuncia
No está en la voluntad, sino en la tiniebla de la oscuridad
Perdida
Está en la involuntad, como saeta torcida
En la envidia de mobbing-man
En el menoscabo de mobbing-man
Es el subdesarrollo de los mobbing-man
De los incubos y sucubos.

Atilio Laurence Almagia


lunes, 27 de abril de 2015

22


No necesito viajar. El viaje está en uno mismo.
Mi jardín es un barco. Con él viajo a las estrellas.
Alfombras voladoras son las hojas de mi higuera.
Un manzano tengo para pecar y suficientes
lienzos para plasmar el color de todos los viajes.
El cuervo que llevo dentro es capaz de entonar todos
los sonidos del mundo. Vivo creyendo vivir
todas las vidas. Me siento mi indispensable amigo.



Alfonso Aguado Ortuño  

jueves, 19 de marzo de 2015

Consejos para la mujer fuerte


Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.

Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia,
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.

Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.

No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola,
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo,
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta,
a nadar contra corriente.

Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto.
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo,
rodéalo de fosos profundos,
pero hazle anchas puertas y ventanas.

Es menester que cultives enormes amistades,
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres,
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.

Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero.
Guarda las distancias.
Constrúyete. Cuídate.
Atesora tu poder.
Defiéndelo.
Hazlo por ti.
Te lo pido en nombre de todas nosotras.

Gioconda Belli



martes, 17 de marzo de 2015

A Julia de Burgos


Ya las gentes murmuran que yo soy tu enemiga
porque dicen que en verso doy al mundo mi yo.

Mienten, Julia de Burgos. Mienten, Julia de Burgos.
La que se alza en mis versos no es tu voz: es mi voz
porque tú eres ropaje y la esencia soy yo; y el más
profundo abismo se tiende entre las dos.

Tú eres fria muñeca de mentira social,
y yo, viril destello de la humana verdad.

Tú, miel de cortesana hipocresías; yo no;
que en todos mis poemas desnudo el corazón.

Tú eres como tu mundo, egoísta;
yo no; que en todo me lo juego a ser lo que soy yo.

Tú eres sólo la grave señora señorona; yo no,
yo soy la vida, la fuerza, la mujer.

Tú eres de tu marido, de tu amo; yo no;
yo de nadie, o de todos, porque a todos, a
todos en mi limpio sentir y en mi pensar me doy.

Tú te rizas el pelo y te pintas; yo no;
a mí me riza el viento, a mí me pinta el sol.

Tú eres dama casera, resignada, sumisa,
atada a los prejuicios de los hombres; yo no;
que yo soy Rocinante corriendo desbocado
olfateando horizontes de justicia de Dios.

Tú en ti misma no mandas;
a ti todos te mandan; en ti mandan tu esposo, tus
padres, tus parientes, el cura, el modista,
el teatro, el casino, el auto,
las alhajas, el banquete, el champán, el cielo
y el infierno, y el que dirán social.

En mí no, que en mí manda mi solo corazón,
mi solo pensamiento; quien manda en mí soy yo.

Tú, flor de aristocracia; y yo, la flor del pueblo.
Tú en ti lo tienes todo y a todos se
lo debes, mientras que yo, mi nada a nadie se la debo.

Tú, clavada al estático dividendo ancestral,
y yo, un uno en la cifra del divisor
social somos el duelo a muerte que se acerca fatal.

Cuando las multitudes corran alborotadas
dejando atrás cenizas de injusticias quemadas, 
y cuando con la tea de las siete virtudes,
tras los siete pecados, corran las multitudes,
contra ti, y contra todo lo injusto y lo inhumano, 
yo iré en medio de ellas con la tea en la mano.


Julia de Burgos

domingo, 15 de marzo de 2015

Ca foscari



Te amo como mi semejante
mi igual mi parecida
de esclava a esclava
parejas en la subversión
al orden domesticado.

Te amo esta y otras noches
con las señas de identidad
cambiadas
como alegremente cambiamos nuestras ropas
y tu vestido es el mío
y mis sandalias son las tuyas
como mi seno
es tu seno
y tus antepasadas son las mías.

Hacemos el amor incestuosamente
escandalizando a los peces
y a los buenos ciudadanos de este
y de todos los partidos.

A la mañana, en el desayuno,
cuando las cosas lentamente vayan despertando
llamaré por mi nombre
y tú contestarás
alegre,
mi igual, mi hermana, mi semejante.


Cristina Peri Rossi

domingo, 8 de marzo de 2015

Sobrevivientes

Yo conozco tu locura porque también es la mía.
Somos locas rebeldes,
locas de estar vivas,
locas maravillosas,
estrafalarias, floridas.
Ovejas negras
descarriadas sin remedio,
vergüenza de la familia,
piezas de seda fina,
amazonas del asfalto,
guerrilleras de la vida.
Locas de mil edades
llenas de rabia y gritos,
buscadoras de verdades,
locas fuertes,
poderosas,
locas tiernas,
vulnerables.
Cada día una batalla,
una norma que rompemos,
un milagro que creamos,
para poder seguir siendo.
Locas solas,
tristes,
plenas.
Mujeres locas, intensas,
locas mujeres ciertas.

Rosa María Roffiel


jueves, 5 de febrero de 2015

Selva amazónica

(A las tribus Panare y Hotis)

Aquí en Kayamac todo es distinto,
el amanecer convoca la luz
el silencioso sol
afanadamente arropa el caserío
de la tribu.

Camino como guardia que cuida de su mundo
entre la belleza de las churuatas
pobladas del tibio olor a sueño
y la apacible mirada de los niños indígenas.

Me recorre como un escalofrío
al presentir aquí
mi herencia milenaria
mi permanente nostalgia.

Al fondo de la churuata
en sus hamacas
treinta familias Eñepá se desperezan
y ofrendan a Dios hermosas flores
que prodiga la selva.

Es la hora del rito.

Los cantos,
la comida,
el baile,
y la bebida nos convocan
con la voz del raudal,
en el que se abre paso la curiara
con los dueños de este paraíso.

Yo naufrago al intentar cruzar el puente
me habita el terror de los caimanes y pirañas
mi ropa se moja
mi cámara se inunda de aguas cristalinas
la memoria empieza a invadir el corazón
y revivo todas las variedades de nostalgia.

Me alimenta de la palma su moriche,
sabroso fruto con olor a semen.
El espeso sabor de la guanábana.
me devuelve a un espacio sin edad.
El raudal rodeado de negras esculturas
me delinea a ese Dios sin tiempo.

Me sumerjo en tus aguas
me deleito en tu arboleda
me alimento de tus frutos,
me llevo tus limones.

Me aferro a la selva
ese mundo que siempre será mío
y como tesoro guardo
el amuleto de huesos,
el medallón de cráneo de mono
y las chaquiras
para que me salven en las horas de prueba.

Mi corazón se parte en dos mitades
y mi ser llueve.

Llueve intensamente,
llueve a cántaros.

HERNÁNDEZ, CONSUELO

martes, 3 de febrero de 2015

Del fusil y la rosa


Un aire me circunda o me traspasa.
Un aliento dulcísimo me embriaga
Con una sensación desnuda y vaga,
Porque la sombra alúmbrame la casa.
Y si pone en mi herida suave gasa
No hay fusil que la tronche ni deshaga.
Porque la rosa en su virtud de maga,
Los ruidos del metal calla y rebasa.
Por eso está en mi mano, palpitante,
Floreciendo la rosa en la desnuda
Desnudez del asombro y del instante.
Y aquí se quedará mientras trasuda
—en la Hora terrible y acuciante—
sombra la muerte con su guerra cruda.

Rolando Elías

domingo, 1 de febrero de 2015

Brevedad del poema


La guitarra
Suena como una piedra del río a medianoche.
La bugambilia morada
Tiembla en los brazos del verde.
El limonero sestea
Hasta que lo toca el viento.

Rolando Elías

sábado, 31 de enero de 2015

ME VIENE HAY DÍAS UNA GANA UBÉRRIMA POLÍTICA...

ME VIENE, HAY días, una gana ubérrima, política,
de querer, de besar al cariño en sus dos rostros,
y me viene de lejos un querer
demostrativo, otro querer amar, de grado o fuerza,
al que me odia, al que rasga su papel, al muchachito,
a la que llora por el que lloraba,
al rey del vino, al esclavo del agua,
al que ocultóse en su ira,
al que suda, al que pasa, al que sacude su persona en mi alma.
Y quiero, por lo tanto, acomodarle
al que me habla, su trenza; sus cabellos, al soldado;
su luz, al grande; su grandeza, al chico.
Quiero planchar directamente
un pañuelo al que no puede llorar
y, cuando estoy triste o me duele la dicha,
remendar a los niños y a los genios.

Quiero ayudar al bueno a ser su poquillo de malo
y me urge estar sentado a la diestra del zurdo, y responder al mudo,
tratando de serle útil
en todo lo que puedo y también quiero muchísimo
lavarle al cojo el pie,
y ayudarle a dormir al tuerto próximo.

¡Ah querer, éste, el mío, éste, el mundial,
interhumano y parroquial, provecto!
Me viene a pelo,
desde el cimiento, desde la ingle pública,
y, viniendo de lejos, da ganas de besarle
la bufanda al cantor,
y al que sufre, besarle en su sartén,
al sordo, en su rumor craneano, impávido;
al que me da lo que olvidé en mi seno,
en su Dante, en su Chaplin, en sus hombros.

Quiero, para terminar,
cuando estoy al borde célebre de la violencia
o lleno de pecho el corazón, querría
ayudar a reír al que sonríe,
ponerle un pajarillo al malvado en plena nuca,
cuidar a los enfermos enfadándolos,
comprarle al vendedor,
ayudarle a matar al matador —cosa terrible—
y quisiera yo ser bueno conmigo
en todo. 


jueves, 29 de enero de 2015

Abandonando de nuevo el puente de Cambridge

Ligero, voy a marcharme,
como ligero he venido.
Agito la mano levemente
para despedirme de las nubes del oeste.

Doradas ramas de sauces ribereños
son novias del sol crepuscular.
Sus bellas imágenes en el centelleante agua
flotan en lo hondo de mi corazón.

Algas verdes crecidas en tierra blanda,
resbaladizas, se mueven en el fondo del río.
Me gustaría ser una hierbecilla
en la ternura de las ondas.

No es manantial, es un arco iris del cielo
lo que está a la sombra de los olmos.
Triturado entre las lentejas de agua,
se sedimenta un sueño de arco iris.

A buscar dueño. Pujando con una pértiga,
conduzco a lo más verde de las plantas mi barca,
cargada de brillantes estrellas.
Voy a cantar a voz en cuello en su resplandor.

Pero no puedo cantar:
El silencio es la mejor flauta de la despedida.
Los insectos de verano también callan conmigo.
Silencio, esta noche, en el puente de Cambridge.

Ligero, voy a marcharme,
como ligero he venido.
Agito levemente mis mangas
y no me llevo ni el jirón de una nube.

Xu Zhimo


martes, 27 de enero de 2015

Restrospectivo ausente

Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.
Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie,
nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.
¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.

Miguel Labordeta


domingo, 25 de enero de 2015

Miedo

Miedo a ver un coche de la policía acercarse a mi puerta.
Miedo a dormirme por la noche.
Miedo a no dormirme.
Miedo al pasado resucitando.
Miedo al presente echando a volar.
Miedo al teléfono que suena en la quietud de la noche.
Miedo a las tormentas eléctricas.
¡Miedo a la limpiadora que tiene una mancha en la mejilla!
Miedo a los perros que me han dicho que no muerden.
Miedo a la ansiedad.
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo a quedarme sin dinero.
Miedo a tener demasiado, aunque la gente no creerá esto.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y miedo a llegar antes que nadie.
Miedo a la letra de mis hijos en los sobres.
Miedo a que mueran antes que yo y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre cuando ella sea vieja, y yo también.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día acabe con una nota infeliz.
Miedo a llegar y encontrarme con que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar lo suficiente.
Miedo de que lo que yo amo resulte letal para los que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado.
Miedo a la muerte.

Ya he dicho eso.

Raymond Carver.

viernes, 23 de enero de 2015

Esto es la nostalgia


Esto es la nostalgia:
vivir en el oleaje
y no tener patria en el tiempo.
Y estos los deseos:
diálogos en voz baja
de las horas de un día
con la eternidad.
Y esto es la vida:
hasta la hora más solitaria
entre todas las horas
se eleva de una víspera,
una hora que sonríe
distinta a sus hermanas
y se enfrenta en silencio
ante lo eterno.

Rainer María Rilke

miércoles, 21 de enero de 2015

Nocturno


Padre Nuestro, que estás en los cielos,
¡por qué te has olvidado de mí!
Te acordaste del fruto en febrero,
al llagarse su pulpa rubí.
¡Llevo abierto también mi costado,
y no quieres mirar hacia mí!

Te acordaste del negro racimo,
y lo diste al lagar carmesí;
y aventaste las hojas del álamo,
con tu aliento, en el aire sutil.
¡Y en el ancho lagar de la muerte
aun no quieres mi pecho oprimir!

Caminando vi abrir las violetas;
el falerno del viento bebí,
y he bajado, amarillos, mis párpados,
por no ver más enero ni abril.

Y he apretado la boca, anegada
de la estrofa que no he de exprimir.
¡Has herido la nube de otoño
y quieres volverte hacia mí!

Me vendió el que besó mi mejilla;
me negó por la túnica ruin.
Yo en mis versos el rostro con sangre,
como Tú sobre el paño, le di,
y en mi noche del Huerto, me han sido
Juan cobarde y el Ángel hostil.

Ha venido el cansancio infinito
a clavarse en mis ojos, al fin:
el cansancio del día que muere
y el del alba que debe venir;
¡el cansancio del cielo de estaño
y el cansancio del cielo de añil!

Ahora suelto la mártir sandalia
y las trenzas pidiendo dormir.
Y perdida en la noche, levanto
el clamor aprendido de Ti:
¡Padre Nuestro, que estás en los cielos,
por qué te has olvidado de mí!

Gabriela Mistral

lunes, 19 de enero de 2015

Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así



Tengo 40 años, bueno... 43,
pretendo no pasar por un hombre serio
He tenido mis fracasos pero no por eso
practicaría yoga,
soy un bebedor social,
lo malo es que casi nunca ando solo
y no es que no sea un solitario
...Ud. me entiende
ya no voto a nadie,
dicen que está mal hacer eso, los comunicadores
Porque no pagué la cuota de la memoria prepaga
hoy te recuerdo Amanda, la calle mojada
la historia de la fábrica que ya no existe.
Escribo versos
me tatué el brazo con la palabra poesía
escrita en chino, a la vejez...dicen
Porto una barba que alguien me pidió
que me dejara y me dejó.
Me hago acompañar por un perro
que no es mi mejor amigo.
Salgo con muchachas que pretenden amarme
ya no es lo mismo
Escucho óperas
sigo yendo a la cancha a ver a Ferro
Por una cuestión de respeto
a los que reciban mis órganos
no leo a Bucay ni a Coelho
Trato de ser un buen padre
leer un poco más
y hablar un poco menos
No se bien cuando
pero uno de estos días
voy a poder caminar solo por la calle
sin ningún fantasma en los hombros.
La corbata ese día será un moño
que vengo guardando
para la ocasión.



Esteban Charpentier

sábado, 17 de enero de 2015

A UN HOMBRE


Salvar este gran abismo del sexo
y luego, todo será sencillo.
Yo podré decirte que soy feliz
o desdichada,
que amo todavía
irrealizables cosas.
Tú me dirás tus secretos de hombre,
tu orfandad ante la vida,
tu miserable grandeza.
Seremos dos hermanos,
dos amigos, dos almas
que alientan por una misma causa.
Hace tiempo que dejé la coquetería
olvidada en el rincón oscuro
y polvoriento
de mi primera, balbuciente feminidad.
¡Ahora sólo quiero que me des la mano
con la fraternal melancolía
de todos los seres que padecen el mismo destino!
No afiles, porque soy mujer,
tu desdén o tu galantería,
no me des la limosna
de tu caballerosidad insalvable y amarga.



Susana March


jueves, 15 de enero de 2015

QUIERO ESCRIBIR UN NIÑO


Quiero escribir un niño
con grandes ojos como semillas,
pelo color maíz,
dulce sonrisa de níspero.
Quiero escribir un niño,
hacerlo con palabras
en el idioma de su placenta hecha de mar,
de viento,
de sacuanjoches olorosos.
Quiero escribir un verde niño poeta,
un moreno cantor que inunde el mundo con sonrisas,
niño mesías del mensaje vital de la naturaleza
que sea Mayo eterno, floreciente
en una tierra nueva
de juguete...


Gioconda Belli

martes, 13 de enero de 2015

LLEGARÁN SUAVES LLUVIAS


Llegarán suaves lluvias y el olor de la tierra,
Y golondrinas dando vueltas con sus débiles sonidos;

Y ranas en los estanques cantarán por la noche,
Y ciruelos silvestres de trémulo blanco.

Los petirrojos vestirán su emplumado fuego,
Silbando sus caprichos sobre una baja alambrada.

Y nadie sabrá de la guerra, nadie
Se preocupará al final cuando haya concluido.

A nadie le importaría, ni a pájaro ni a árbol,
Si la humanidad pereció completamente;

Y la Primavera misma, cuando despierte al amanecer
Apenas se daría cuenta que nos hemos ido.


Sara Teasdale

domingo, 11 de enero de 2015

BIOGRAFÍA DE UN CUERPO



Mi cuerpo es de la estirpe de la mar
Lo diseñé con dedos de pasión
lo incrusté con conchas de ira y seducción
cuando me harté de mis vendas
tal como sudario trenzado por el silencio
historia repleta de mandamientos

Mi cuerpo es de la estirpe de la letra
me lo pongo en la intemperie
me caliento en sus brazos
me quemo en las brasas de sus letras
y sobre un puñado de ceniza
con las piernas cruzadas, me siento
despojando mis letras fragmentadas de escombros
y redacto una elegía para Hallaj

Mi cuerpo es de la estirpe de la luz
cuando me abrazó
me orienté hacia mí
y me encontré como imaginaba
una mujer quebrada

Mi cuerpo es de la estirpe de la enredadera
en la sombra nos encontramos
sus hojas silvestres cuelgan sobre mi torso
echo hojas
y mi cuerpo desierto se descubre

Mi cuerpo es de la estirpe de los gitanos
de sus cadenas oxidadas elaboro
pulseras y sortijas
en él enciendo las velas de Lorca
y lo monto cuando se me hacen estrechos
los mapas de este cuerpo


Ikram Abdi

viernes, 9 de enero de 2015

POR LAS MARÍAS MAGDALENAS


Zar Dúsan
pido clemencia
por las mujeres apedreadas,
por sus cómplices noches oscuras,
por el olor a trébol y ramas
donde cayeron embriagadas
como codornices o coallas,
por sus vidas despreciadas,
por la compasión que sus penas
de amor no recibieron.
Pido clemencia
por el claro de luna y rubíes
de su piel,
por sus crepúsculos,
por las lluvias de cabellos sueltos,
por las ramas plateadas de sus brazos,
por sus amores despojados
y malditos:
por las Marías Magdalenas.



Desanka Maksimovic

miércoles, 7 de enero de 2015

FUERA DE AQUÍ


Pueden privarme del canto de los pájaros
despojarme de la luz y
de mi despreocupado reír,
impedirle a mis manos tocar
a quienes amo,
arrancarme la tierra bajo mis pies
romper mi cuerpo en dolorosos fragmentos,
convertir los árboles en muros,

pero no pueden impedirme
cavar un túnel
en mi corazón
que conduzca fuera de aquí.


Agneta Falk

lunes, 5 de enero de 2015

NOCTURNO


La noche se desliza por las estepas,
Las manos de las nubes pasan por el horizonte
Y las tinieblas duermen,
En impresionante calma,
Bajo las alas del silencio.

Sólo se oye el zureo de las palomas,
El murmullo gimiente de los arroyos
Y un ruido de pasos en la oscuridad
Que caminan suavemente.

Me siento, entregándome a la calma de la noche,
Contemplo el color de las tristes tinieblas,
Lanzo mis cantos al espacio
Y lloro por todos los corazones ingenuos.

Oigo los susurros de las palomas,
La lluvia que cae en la noche,
Los gemidos de una tórtola en la oscuridad
Que canta a lo lejos en las ramas
Y la queja lejana de un molino
Que gime en la noche y llora de fatiga.
Sus gritos atraviesan mis oídos
Y va a morir detrás de las colinas.

Escucho... sólo se oyen las plantas.
Miro... sólo se ve oscuridad.
Nubes, silencio y una noche triste.
¿Cómo no sentirme afligida?

La vida para mí es como esta noche:
Tinieblas, melancolía, desesperanza,
Mientras los demás sueñan con claridad
En una profunda e impresionante noche.
Llanto continuo de la naturaleza,
Silencio de las tinieblas, gemido de los vientos,
Suspiros de la brisa vespertina,
Lágrimas del rocío en los ojos de la mañana.

Veo en las riberas de la desgracia
A la multitud de afligidos,
El cortejo de los hambrientos
Ahuyentados por los aullidos del destino,
Sin poder pronunciar palabras de despedida.

Escucho: sólo los sollozos
Mandan su eco a mis oídos
Por detrás de las fortalezas y sobre las praderas.
Entonces, ¿quién puede cantar conmigo?

En el futuro portaré mi lira,
Lloraré la desgracia del universo
Y declamaré mi compasión por su infortunio
A los oídos del cruel tiempo.

Nazik al Malaika

sábado, 3 de enero de 2015

ÁRBOLES




Hay que aprender. Los árboles de invierno.
Ese cubrirse hasta los pies de escarcha.
Inamovibles cortinajes.

Hay que aprender la franja
donde el cristal ya humea,
y el árbol va cruzando la neblina
como los cuerpos la memoria.

Y tras los árboles el río,
las alas silenciosas de los ánades,
la cegadora noche azul y blanca
donde hay paradas cosas en capuchas.
Hay que aprender aquí los gestos
inenarrables de los árboles.


Agnes Nemes Nagy

jueves, 1 de enero de 2015

Se busca un amigo

No necesita ser hombre o mujer,
basta que sea humano.
Basta que tenga sentimientos, que tenga corazón.
necesita hablar, y saber callar, y sobre todo oír.
Tiene que disfrutar de la poesía, de la madrugada,
de los pájaros, del sol, de la luna,
del canto de los vientos y la canción de la brisa.

Debe tener un gran amor por alguien,
de lo contrario sentir la ausencia de ese amor.
Sed de amar al prójimo, y respetar el dolor
que todas las personas llevan consigo.
Debe guardar secreto sin sacrificarse,
pudo haber sido engañado (todos los amigos son engañados).

No es necesario que sea puro,
ni del todo impuro, pero
no debe ser vulgar.
Debe tener un ideal y miedo de perderlo.
En caso de que no sea así, debe sentir el gran vacío que éste deja.
Mi amigo debe tener resonancias humanas.
Lo principal para él debe ser amigo.
Debe sentir pena de la persona triste y comprender el
inmenso vacío de los solitarios.

Debe ser Don Quijote sin despreciar a Sancho.
Se busca un amigo para gustar de los mismos gustos.
Y que se conmueva cuando sea llamado amigo.

Que sepa conversar de cosas simples, del rocío,
las grandes lluvias y los recuerdos de la infancia.
Se busca un amigo para no enloquecer;
para escuchar la noche y comentar lo que se vio de bello
o triste durante el día,
los anhelos y las realizaciones, los sueños y la realidad.
Se necesita un amigo para no llorar,
para no asomarse al pasado en busca de memorias heridas.

Un amigo que nos abrace sonriendo o llorando
pero que nos diga amigo.
Es necesario vivir consciente de que todavía se vive.
Se necesita un amigo urgente,
puedes ser tú.... puedo ser yo para ti.

Vinicius de Moraes