jueves, 30 de enero de 2014

El cómplice



Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
No importa mi ventura o mi desventura.
Soy el poeta. 


J.L. Borges

martes, 28 de enero de 2014

QUÉ ES VIVIR



Vivir es la tibieza del agua en mi bañera
Vivir es mi boca en tu regazo abierto
Vivir es la ira por la injusticia en nuestros países
La tibieza del agua no basta, tengo que chapotear en ella
Mi boca en tu regazo no basta, tengo que besarlo
La ira por la injusticia no basta, tenemos que ahondar en ella y hacer algo en contra
Eso es vivir

ERICH FRIED


domingo, 26 de enero de 2014

Caos

Todo el mundo
parece enfermo últimamente
o tiene
un funeral en perspectiva
El cielo cerró por vacaciones
y ya no es
sol
volantín
ni vía láctea
sólo un trapo desteñido
surcado por aviones
y pájaros de Hitchcock

No sé por qué ni a dónde
emigraron los deseos
las velas y las flores
por gracia concedida
La calle me parece indescifrable
incluso las palabras de los ciegos transeúntes

Todo huele a humo últimamente
a hoguera a cigarrillo
voy vestida de cenizas
dándole
la extremaunción a las cunetas
No resisto
la solemnidad de los paraguas
los anónimos zapatos
que corren hacia el Metro
Detesto
la nata de esta leche
y el bostezo miserable que circunda
Creo
que necesito una navaja

Hay que hacerle una autopsia a este vacío


Carmen Gloria Berríos

viernes, 24 de enero de 2014

La vida breve de nuestros antepasados




Pocos llegaban a los treinta.
La vejez era privilegio de árboles y piedras.
La infancia apenas duraba lo que un lobo es cachorro.
Forzoso era apresurarse para llegar con vida
a la puesta del sol,
a las primeras nieves.
Parturientas de trece años,
buscadores de nidos entre juncales a los cuatro,
a los veinte encabezaban cacerías,
hace poco aún estaban y ya no están.
Los extremos del infinito se soldaban rápido.
Las brujas mascullaban conjuros
con dientes aún jóvenes.
El hijo se hacía hombre bajo la mirada del padre.
Los ojos velados del abuelo veían nacer el nieto.
Cierto, jamás contaban años cumplidos.
Contaban redes, ollas, chozas y hachas.
El tiempo, tan generoso con las estrellas del cielo,
les tendía, a ellos, una mano casi vacía
y al instante la retiraba arrepentido.
Otro paso, dos pasos,
a lo largo del espejeante río
que en tinieblas nace y en tinieblas muere.
No tenían un momento que perder,
no podían dejar preguntas para mañana,
ni tener revelaciones tardías, sólo tempranas.
La sabiduría se adelantaba a las canas,
obligada a ver claro antes que clareara,
y a oír voces antes que sonaran.
El bien y el mal.
Poco sabían de ambos y lo sabían todo:
cuando el mal triunfa, se esconde el bien;
cuando el bien se manifiesta, el mal aguarda al acecho.
Uno y otro son invencibles,
imposible desterrarlos más allá de donde hay retorno.
Por eso, no existe alegría sin una sombra de miedo,
y no hay desaliento sin un atisbo de esperanza.
La vida, por larga que sea, será siempre muy breve.
Demasiado breve para añadirle algo.



WISLAWA SZYMBORSKA

lunes, 20 de enero de 2014

Não só quem nos odeia ou nos inveja/ No sólo quien nos odia o nos envidia


Não só quem nos odeia ou nos inveja
Nos limita e oprime; quem nos ama
Não menos nos limita.
Que os deuses me concedam que, despido
De afetos, tenha a fria liberdade
Dos píncaros sem nada.
Quem quer pouco, tem tudo; quem quer nada
É livre; quem não tem, e não deseja,
Homem, é igual aos deuses.


No sólo quien nos odia o nos envidia
nos limita y oprime; quien nos ama
no menos nos limita.
Que los dioses me concedan que, desnudo
de afecto, tenga la fría libertad
de las cumbres sin nada.
Quien quiere poco, tiene todo; quien quiere nada
es libre; quien no tiene, y no desea,
hombre, es igual a los dioses.


Fernando Pessoa-

jueves, 16 de enero de 2014

Fábula

Cuando miro hacia atrás me parece recordar el canto.
Sin embargo, siempre fue silencioso en aquella larga y cálida habitación.

Impenetrables, esas paredes, que creíamos
oscurecidas por escudos antiguos. La luz
brillaba sobre la cabeza de una niña o jóvenes extremidades
estirándose al descuido. Y las voces débiles
se elevaban en el silencio y se perdían como el agua.

Sin embargo, pese a que era tranquila y cálida como una mano,
si uno de nosotros corría las cortinas
una lluvia continua soplaba afuera despreocupadamente.
A veces entraba el viento, moviendo las llamas,
y haciendo que las sombras en la pared se encogieran,
o un lobo aullaba afuera en la noche inmensa,
y sintiendo que nuestra carne se helaba nos amontonábamos.

Pero durante un tiempo el baile continuó—
Esto es lo que me parece ahora:
siluetas lentas moviéndose en calma a través
de charcos de luz como una red dorada sobre el piso.
Podría haber seguido, como un sueño, para siempre.

Pero entre un año y otro— ¿sopló un viento nuevo?
¿La lluvia pudrió las paredes al fin?
¿Los hocicos de los lobos llegaron empujando los rayos caídos?

Fue hace tanto tiempo.
Pero a veces recuerdo la habitación con cortinas
y escucho las lejanas voces juveniles cantar.


Doris Lessing

Cuéntamelo otra vez

Cuéntamelo otra vez: es tan hermoso
que no me canso nunca de escucharlo.
Repíteme otra vez que la pareja
del cuento fue feliz hasta la muerte,
que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera
se le ocurrió engañarla. Y no te olvides
de que, a pesar del tiempo y los problemas,
se seguían besando cada noche.
Cuéntamelo mil veces, por favor:
es la historia más bella que conozco.

Amalia Bautista

martes, 14 de enero de 2014

Epitafio



Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.

Juan Gelman

Locura y elección

De todas las muertes uno elige la suya
la de la mano incógnita
que ya jugó a alcanzar en la carrera infantil
de policías y ladrones
uno se apodera de la que te lanzará sobre un charco
debajo de las ruedas
robas la bala de oro la manzana envenenada
el gen cáncer el gen bacilo de Koch
el gen interminable que te persigue desde los ancestros
el encomendado para asesinar
La vida te la endosan
la muerte
uno tiene la sensación de elegirla
con fineza reflexivo
titubeando si no habrá otra mejor
más colorida más a la moda
el traje ilícito del sida
y registras en la prensa con confiada ufanía
ninguna se parece a tu carácter
todas son terquedad por nada
ni la muerte chic de los grandes atentados
ni los terremotos después del almuerzo
mucho menos el suicidio o el infarto indecoroso
tampoco aquellas donde se pretende dejar herencias
de todas las muertes uno selecciona con pulcritud
y a veces hasta con al irreverente certeza de aquel refrán
El hueso que está p’a uno no hay perro que se lo lleve.


Zoé Valdés


domingo, 12 de enero de 2014

ADIÓS A LA HORA DE PARTIR



Madre mía
(todas las madres negras
cuyos hijos se han ido)
me enseñaste a esperar y a esperanzarme
como tú te esperanzaste en horas difíciles

Pero la vida
mató en mí esa mística esperanza

No espero ahora,
Soy yo quien es esperado

Soy yo madre mía
La esperanza es nosotros
tus hijos
idos por una fe que sostiene la vida

Hoy
somos niños desnudos en aldeas apartadas
niños sin escuela jugando con una pelota de trapo
en las arenas al mediodía
nosotros mismos somos
trabajadores contratados quemando sus vidas en plantaciones
de café

hombres negros ignorantes
que deben respetar al hombre blanco
y temer al rico;
somos tus hijos
de los barrios negros

más allá del alcance de la luz eléctrica
borrachos se caen,
abandonados al ritmo de batuque de la muerte

Tus hijos
hambrientos
sedientos
avergonzados de decirte madre
temerosos de cruzar las calles
temerosos de los hombres
Nosotros mismos

Mañana cantaremos himnos a la libertad
cuando conmemoremos
el día de la abolición de la esclavitud

Vamos en busca de la luz
Tus hijos, madre,
(todas las madres negras
cuyos hijos se han ido )
Van en busca de la vida.


Agostinho Neto


viernes, 10 de enero de 2014

Introducción

Ya todo está inventado, descubierto;
llego tarde, muy tarde, a vuestro lado;
por eso no me inquieta lo remoto
y voy tras lo sencillo y cotidiano,
llamándole al pan, pan, y al vino, vino...
Aunque no suene bien, ¡es tan humano!

Miro el jardín y digo: «¡Primavera!»
Y al extender los brazos
con tímido ademán hacia las cosas,
siento un tibio aleteo en cada hallazgo:
un compás repetido,
algo que va, que viene, que es alado.
Siempre será mañana la mañana
y más árbol, el árbol.
No quiero ya en el alma nada nuevo,
que todo esté estrenado.

Acaso la que ansío
es caminar segura
por las antiguas huellas de otros pasos,
o quedarme tranquila aquí, en mi huerto;
saber que ya está todo sosegado:
el corazón, la casa, los recuerdos...
Sentir la azada fiel del hortelano
remover, amoroso, los terrones,
como hicieron en tiempo sus hermanos.
Ya está todo gastado bajo el sol,
a fuerza de pasar de mano en mano.


Concha Lagos

miércoles, 8 de enero de 2014

Letanía de nuestro señor Don Quijote

Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

¡Caballero errante de los caballeros,
varón de varones, príncipe de fieros,
par entre los pares, maestro, salud!
¡Salud, porque juzgo que hoy muy poca tienes,
entre los aplausos o entre los desdenes,
y entre las coronas y los parabienes
y las tonterías de la multitud!

¡Tú, para quien pocas fueron las victorias
antiguas y para quien clásicas glorias
serían apenas de ley y razón,
soportas elogios, memorias, discursos,
resistes certámenes, tarjetas, concursos,
y, teniendo a Orfeo, tienes a orfeón!

Escucha, divino Rolando del sueño,
a un enamorado de tu Clavileño,
y cuyo Pegaso relincha hacia ti;
escucha los versos de estas letanías,
hechas con las cosas de todos los días
y con otras que en lo misterioso vi.

¡Ruega por nosotros, hambrientos de vida,
con el alma a tientas, con la fe perdida,
llenos de congojas y faltos de sol,
por advenedizas almas de manga ancha,
que ridiculizan el ser de la Mancha,
el ser generoso y el ser español!

¡Ruega por nosotros, que necesitamos
las mágicas rosas, los sublimes ramos
de laurel Pro nobis ora, gran señor.
¡Tiembla la floresta de laurel del mundo,
y antes que tu hermano vago, Segismundo,
el pálido Hamlet te ofrece una flor!

Ruega generoso, piadoso, orgulloso;
ruega casto, puro, celeste, animoso;
por nos intercede, suplica por nos,
pues casi ya estamos sin savia, sin brote,
sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote,
sin piel y sin alas, sin Sancho y sin Dios.

De tantas tristezas, de dolores tantos
de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
¡líbranos, Señor!

De rudos malsines,
falsos paladines,
y espíritus finos y blandos y ruines,
del hampa que sacia
su canallocracia
con burlar la gloria, la vida, el honor,
del puñal con gracia,
¡líbranos, Señor!

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos,
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

¡Ora por nosotros, señor de los tristes
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión!
¡que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón!
 
Rubén Darío

lunes, 6 de enero de 2014

Canto de la Pachamama (II)

Este niño no tiene padre reconocido
ni se parecerá a nadie en particular.
Excluiremos de su alimento al miedo.
Nacerá de la buena familia del solo vientre de su madre.
Ya le contará ella que la preñaron los Andes,
la olorosa esperma del río,
la noche vaga entre los montes, la limonada,
una cálida brisa que le llegó do Brasil.
Le contará que siempre amó perdidamente
hasta las piedras.
Este niño encarna, se va durmiendo en su planeta.
Viajará en la dimensión espacial en el cuerpo de su madre
a nacer en el presente.
Puerta del misterio la mujer, puerta entre los mundos,
infundida del rayo, casa de los espíritus que renacen.
Este niño encontrará a su padre en el corazón de su camino;
lo llevará a su frente, a su perfecto cielo,
a su padre vestido de luz.
Este niño de la nueva raza
se alimentará del alba transparente.
Habitará el arcoiris la mitad del año.
Será niño el sur de la montaña.
Habitará la mar la otra mitad del año.
Será niña el norte de las aguas.
Nacerá de la buena familia del solo vientre de su madre.

Etnairis Rivera

sábado, 4 de enero de 2014

El amor

Digo que la paz se reduce al respeto
de los derechos del hombre
y se somete a la devoción
de que nadie es más que nadie
y de que nadie es menos que nadie
y de que todos somos alguien.

La paz se reafirma en el amor,
previo firmar la consideración
de adoptar una actitud de diálogo
y una aptitud de poeta.

Porque el poeta es la transmisión del yo,
se ratifica siendo para los demás,
lo que se es para uno:
un valor sin fronteras
y un frente sin valor de mercado.

Porque la paz no se puede construir
en falso, hay que llamar
a la armonía de los aires
para que limpien las discordias.

Lo primero es citarse
con los enemigos
y declarar la amistad
como horizonte
para todos los tiempos y edades.

En cielo tranquilo, sale el sol,
y al igual que en el mar,
a su paso, todo lo calma.

Porque todo pasa,
sólo la dulzura permanece.
Lo esencial es quedarse sin armas,
con el alma en donación,
para bañarse de versos
y declarar el estado del gozo.

Porque el gozo de la paz
es un mar siempre lleno
de níveas sonrisas,
tan puras como las de un niño
y tan inmensas como el cielo.

Víctor Corcoba Herrero

jueves, 2 de enero de 2014

SILENCIADOS



La música se desvanece
Y queda el eco de tu voz.

Un eco de ciudades próximas o lejanas,
Un eco de la vida distante.

Silencio y eco,
El silencio de una vida,
El eco de la muerte que penetra el silencio.

Mi voz se calla.
Nadie puede verme.
Me convierto en un eco
Que se marcha.



Fathieh Saudi