martes, 29 de enero de 2013

A UN CIUDADANO APOLÍTICO



Todo hombre tiene derecho a su ira.
Lo dice la Constitución.
Todo hombre tiene derecho también
a su propia opinión y a su propia muerte,
a su propia malicia y a su propia vileza.

Pero tú pasas demasiado tiempo ganseando.
Eliges tus palabras demasiado cuidadosamente
y tienes miedo a que te llamen agitador.

¿Cuándo te mostrarás indignado
y te manifestarás
contra las injusticias de la gente?

Carl Rakosi

domingo, 27 de enero de 2013

CLASES SOCIALES


Con seis años, mi padre trabajaba
de primavera a primavera.
De sol a sol, cuidaba de animales.

El capataz lo ataba de una cuerda
para que no se perdiera en las zanjas,
en las ramas de olivo, en los arroyos,
en la escarcha invernal de los barrancos.

Ya cuando oscurecía, sin esfuerzo,
tiraba de él, lo regresaba
níveo, amoratado, con temblores
y ampollas en las manos,
y alguna enredadera de abandono
en las paredes quebradizas
de sus pulmones rosas
y su pequeño corazón.

En sus últimos años volvía a ser un niño:
se acordaba del frío proletario,
(porque era ya sustancia de sus huesos),
del aroma de salvia, del primer cine mudo
y del pan con aceite que le daban al ángelus,
en la hora de las falsas proteínas.

Pero su señorito, que era bueno,
con sus botas de piel y sus guantes de lluvia,
una vez lo llevó en coche de caballos,
al médico.

Le falla la memoria
del viaje:
lo sacaron del cortijo sin pulso,
tenía más de cuarenta de fiebre
y había estado a punto de morirse,
con seis años, mi padre,
de aquella pulmonía.
Con seis años, mi padre.


Isabel Pérez Montalbán

viernes, 25 de enero de 2013

De los de siempre

Usted,
compañero
es de los de siempre.
De los que nunca
se rajaron,
¡carajo!
De los que nunca
incrustaron su cobardía
en la carne del pueblo.
De los que se aguantaron
contra palo y cárcel,
exilio y sombra.

Usted,
compañero,
es de los de siempre.

Y yo lo quiero mucho
por su actitud honrada,
milenaria
por su resistencia
de mole sensitiva,
por su fe,
más grande y más heroica
que los gólgotas
juntos
de todas las religiones.

Pero, ¿sabe?
los siglos
venideros
se pararán de puntillas
sobre los hombros del planeta,
para intentar
tocar
su dignidad,
que arderá
de coraje,
todavía. Usted,
compañero,
que no traicionó
a su clase,
ni con torturas,
ni con cárceles,
ni con puercos billetes,
Usted,
astro de ternura,
tendrá edad de orgullo,
para las multitudes
delirantes que saldrán
del fondo de la historia
a glorificarlo,
a usted,
al humano y modesto,
al sencillo proletario,
al de los de siempre,
al inquebrantable
acero del pueblo.

Otto René Castillo

miércoles, 23 de enero de 2013

Es necesario

Es necesario
revertir el hechizo.

Ese
que borra a las mujeres
de los libros de historia,
de las esferas de poder,
de las antologías.

Ese
que las encierra
entre cuatro paredes
con solo
colocarles un anillo.




Gisela López

lunes, 21 de enero de 2013

Poema sobre la pobreza

No tengo agua en las manos,
ni palabras en la mirada, sólo
silencio ante la agonía silenciosa
de los sin nombre.

África persigue el rastro de Europa
que se fue con el futuro encendido
y con las noches de días mejores.

¡ Europa, el tiempo se te rompió en los ojos
mientras en la boca aprietas la vergüenza
de este genocidio infame !

¡ África, por tu cuerpo pasa la memoria
del hambre pegada a tus entrañas !

¿Cómo tener canto en los dedos
para desbaratar los silencios
de los que tienen un nombre?



Faustino Lobato



sábado, 19 de enero de 2013

A paisagem/ El paisaje


A paisagem que vejo
está dentro de mim.
Somos todos espelhos
que se multiplicam
dentro de miragens.



El paisaje que veo
está dentro de mí.
Todos somos espejos
que se multiplican
dentro de espejismos.

Ledo Ivo

jueves, 17 de enero de 2013

Duermo en el centro del universo y mi inocencia es enorme


Duermo en el centro del universo y mi inocencia es enorme
Como el joven amante esclavizado a la hidráulica de un cuerpo desnudo
asisto al movimiento de las estrellas y a la incursión de las nubes
y mi espíritu festeja este mundo infinito, que jamás se inició y que jamás terminará,
este mundo que visto de noche es al universo, polvo
como un día que llorara en el hombro de los siglos.
Los que los vivos ven y no olvidan
lo que todo hombre recuerda, la vida entera,
es lo que estoy viendo en este instante.

Ledo Ivo

martes, 15 de enero de 2013

Si yo pudiera

    Si yo pudiera morder la tierra toda
    Y sentirle el sabor
    Sería más feliz por un momento.
    Pero no siempre quiero ser feliz
    Es necesario ser de vez en cuando infeliz
    Para poder ser natural.
    No todo es días de sol y la lluvia,
    Cuando falta mucho, se pide.
    Por eso tomo la infelicidad con la felicidad
    Naturalmente, como quien no se extraña
    De que existan montañas y planicies
    De que haya rocas y hierbas.
    Lo que es necesario es ser natural y calmado
    En la felicidad o en la infelicidad.
    Sentir como quien mira
    Pensar como quien anda,
    Y, cuando se ha de morir,
    Recordar que el día muere
    Y que el poniente es bello
    Y es bella la noche que queda.
    Así es y así sea.

    Fernando Pessoa

domingo, 13 de enero de 2013

1975


La delicia de las cosas
reposa en el paladar.

Desgraciado
quien llegado a los treinta
sólo ha probado un lado del placer
y gustado sólo una caricia. 

Harold Alvarado Tenorio 

viernes, 11 de enero de 2013

El remordimiento

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
aArriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
la sombra de haber sido un desdichado.

Jorge Luis Borges

miércoles, 9 de enero de 2013

No tengas nada en las manos

    No tengas nada en las manos
    Ni una memoria en el alma,
    Que -cuando un día tus manos
    Pongan el óbolo último,
    Cuando las manos te abran-,
    Nada se te caiga de ellas.
    ¿Qué trono te quieren dar
    Que Átropos no te lo quite?
    ¿Qué laurel que no se mustie
    En los arbitrios de Minos?
    ¿Qué horas que no te conviertan
    En la estatua de sombra?
    ¿Que serás cuando, de noche,
    Estés al fin del camino?
    Coge las flores, mas déjalas luego
    Caer, apenas miradas.
    Al sol siéntate. Y abdica
    Para ser el rey de ti mismo.

     Fernando Pessoa

lunes, 7 de enero de 2013

A veces, y el sueño es triste

    A veces, y el sueño es triste,
    En mis deseos existe
    Lejanamente un país
    Donde ser feliz consiste
    Solamente en ser feliz.
    Se vive como se nace,
    Sin querer y sin saber.
    En esa ilusión de ser,
    El tiempo muere y renace
    Sin que se sienta correr.
    El sentir y el desear
    No existen en esa tierra.
    Y no es el amor amar
    En el país donde yerra
    Mi lejano divagar.
    Ni se sueña ni se vive:
    Es una infancia sin fin.
    Y parece que revive
    Ese imposible jardín
    Que con suavidad recibe.

    Fernando Pessoa

sábado, 5 de enero de 2013

La madre




Yo soy la anciana primera
de la tierra.
Vine de un tiempo derramado,
de una sílaba irrepetible y perfecta
que aún persiste.
El tiempo es una mujer
que fundó la primera arcilla,
la gran balada para ser habitada,
la tierra de los eternos anillos
de los golpes de espada,
de la luna infinita.
Fundé un cosmos en mi peregrinar
y de mis lágrimas brotaron
animales callados, perfectos,
altos tigres,
luminosos jaguares
y águilas que desafiaron la luz.
Mas, conservo de mi una lágrima oculta
del mismo color de la brisa,
con la sonora trepidación de los mares,
un alto vuelo como el vuelo del águila
Es la gota para habitar
una vida después de la tierra,
después de la nube,
después del espacio.
Me iré con mi lágrima
a depositar el misterio en un río de ríos,
en todos los ríos.
Un día como todas las madres
fundaré de nuevo la gota de la vida. 

Mía Gallegos 

jueves, 3 de enero de 2013

Amigos

Ellos son los compañeros de viejas aulas empolvadas,
de desvelos, de farras y tormentas,
las voces que lanzan un SOS a media noche,
los nudillos que a deshoras llaman a tu puerta,
para ellos, sin cerrojo,
las figuras que dibujan palabras y matan el tiempo en tu patio
cuando no hay nada mejor
en un domingo de soledades compartidas.
Los que no faltan a tu mesa, los oídos abiertos,
la lámpara encendida a la hora en que amanecen las palabras.
Algunos se evaporan sin siquiera haber cruzado la calle,
otros te acompañan hasta que los doblan las primeras arrugas,
entonces huyen espantados
a refugiarse bajo antifaces nuevos y recetas exóticas
para estirar los años en la cara,
los mismos años que les cuelgan en los riñones y en el hígado.
Otros, al percatarse de su íntima soledad
vuelven arrastrando la cobija de recuerdos
ahora con un par de espacios en blanco
y un pliego de fantasías que contar,
labran excusas, verdades a medias
y se instalan, como antes, a seguir matando las horas en tu patio.
Entonces te das cuenta de que eres de azúcar,
que padeces de amnesia, o que quizá nada te importa
y llegas a la conclusión de que todos ellos
aunque sobrevivan tantas tormentas bajo tu techo
no son más que desconocidos de toda la vida.

María Cristina Orantes