Nuestra aldea es nuestra aldea
Una
vieja aldea, para que generaciones vivan aquí
En la pobreza, los
espíritus de nuestra casa nunca se quejan
Después llegan los
fantasmas de la ciudad, como la plaga
Pacientemente los
acomodamos
Sin importar qué pase, nada podemos hacer
No
sabemos leer ni escribir
Sólo sabemos cultivar la tierra
Trabajar
la tierra bajo el sol
Haga frío o calor, llueva o haga viento,
trabajamos
Para alimentar los fantasmas de la ciudad
Los
jóvenes se han ido
Dejando a los viejos y a los niños
Para
enfrentar la realidad de la esperanza que se esfuma
Vendidos los
búfalos, los campos no dan arroz, y hay hambruna
Los fantasmas de
la ciudad deben estar enojados con nosotros
Así que han traído
con ellos el desastre
Ya sea en sueños o en la realidad
No
podemos encontrar la respuesta
Lo único que conocemos…
Siempre
es el sufrimiento
Surachai Juntimatorn
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