viernes, 7 de diciembre de 2012

CUENTO DE LA ALDEA

Nuestra aldea es nuestra aldea
Una vieja aldea, para que generaciones vivan aquí
En la pobreza, los espíritus de nuestra casa nunca se quejan
Después llegan los fantasmas de la ciudad, como la plaga
Pacientemente los acomodamos
Sin importar qué pase, nada podemos hacer

No sabemos leer ni escribir
Sólo sabemos cultivar la tierra
Trabajar la tierra bajo el sol
Haga frío o calor, llueva o haga viento, trabajamos
Para alimentar los fantasmas de la ciudad
Los jóvenes se han ido
Dejando a los viejos y a los niños
Para enfrentar la realidad de la esperanza que se esfuma
Vendidos los búfalos, los campos no dan arroz, y hay hambruna
Los fantasmas de la ciudad deben estar enojados con nosotros
Así que han traído con ellos el desastre
Ya sea en sueños o en la realidad
No podemos encontrar la respuesta
Lo único que conocemos…
Siempre es el sufrimiento


Surachai Juntimatorn

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