martes, 3 de julio de 2012

Recuerdo

No llores por mí,
porque en mis ojos,
no hay lágrimas de dolor,
sólo alegría.
Espero que las lágrimas,
de tus ojos,
se conviertan en alegría,
para mí.

Olvida que existen las despedidas,
porque la húmeda lluvia,
aún abraza mi cuerpo,
y yo te abrazo con mi mirada,
porque tu rostro se dibuja en mis ojos.
Entonces ya no hay tristeza.

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