viernes, 29 de junio de 2012

La mirada de mi padre

Mi padre mira cuando mira, como si adivinara lo que pienso.

Atesoran sus profundos ojos

la magia de la edad del hombre sabio en su mejor momento.

Y yo lo miro y él también,

y aunque no pregunte, sus ojos me lo dicen todo.

Son capaces, los luceros de mi padre,

de encontrar respuesta a mis preguntas

antes de siquiera hacerlas.


Los ojos de mi padre tienen el fuego incandescente de la hoguera,

poseen la paz de los trigales ondulando risas al contacto del Mistral.

Los ojos del viejo, miran como sabe mirarme la aurora

cuando despierta cada día entre los cabellos de la noche que se aleja,

dejando en el olvido a más de alguna estrella desvelada.


Ojos penetrantes llenos de profunda esencia,

espejos calmos que detentan fibras íntimas si del amor se trata.

Ojos que profesan la ternura de la lluvia

y las vueltas que el hilo da al coser la piel del arrepentimiento.

Contienen el silencio del universo en su agonía,

abrigan la esperanza necesaria en mis horas de tristeza

cuando la desolación me atrapa.


La mirada de esos ojos ofrece agua en el desierto,

derraman la bonanza de la luna en su prístino vestido,

y saben controlar las tormentas desatadas que transitan en mi alma;

me miran cuando los miro, atentos a mi queja.


Arropan con beneplácito mis dudas y mis aciertos,

jamás dejan de mirarme porque están en mi.

Los ojos de mi padre, ahora son míos y de nadie más.


José Santana Prado

2 comentarios:

Marianela dijo...

Me encanto este poema, felicidades al autor.
Quisiera saber de un email para enviar colaboraciones a este blogspt. Saludos de Marianela Puebla.
marianela_puebla@hotmail.com

Marianela dijo...

Hermoso poeta José, muy intenso. Felicidades, saludos de Marianela Puebla.

http://amoragua-marianela.blogspot.com/