viernes, 11 de mayo de 2012

Anciana en el tercer mundo

Ella salía en las mañanas a buscar el desayuno

de la vida

En su saco de huesos gemía la esperanza

y tristemente con su fardo de arrugas imploraba

en los

(mercados

Toda la ciudad sabía el a b c de su desnutrición

En su falda de muertos reían a lágrimas

remiendos

(bochornosos

y una joroba inmensa al porte de la tierra

se hundía en la espalda de su alma

Pobre paraguas viejo inservible en el invierno

En su enfermo ramaje moría el pájaro cenital de

la

(alegría

En su nido de canas se apagaban los

crepúsculos

y lentamente como vela sombría

se perdía en la muerte

Julio Iraheta

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