miércoles, 28 de marzo de 2012

Descubrimiento

Creo en el gran descubrimiento.
Creo en el hombre que hará el descubrimiento.
Creo en el terror del hombre que hará el descubrimiento.
Creo en la palidez de su rostro,
la náusea, el sudor frío en su labio.

Creo en la quema de las notas,
quema hasta las cenizas,
quema hasta la última.

Creo en la dispersión de los números,
su dispersión sin remordimiento.

Creo en la rapidez del hombre,
la precisión de sus movimientos,
su libre albedrío irreprimido.

Creo en la destrucción de las tablillas,
el vertido de los líquidos,
la extinción del rayo.

Afirmo que todo funcionará
y que no será demasiado tarde,
y que las cosas se develarán en ausencia de testigos.
Nadie lo averiguará, no me cabe duda,
ni esposa ni muralla,
ni siquiera un pájaro, porque bien puede cantar.

Creo en la mano detenida,
creo en la carrera arruinada,
creo en la labor perdida de muchos años.
Creo en el secreto llevado a la tumba.

Para mí estas palabras se remontan por encima de las reglas.
No buscan apoyo en ejemplos de ninguna clase.
Mi fe es fuerte, ciega y sin ningún fundamento.

lunes, 26 de marzo de 2012

Aquella rama

Si evoco su agonía,
otra vez veo mecerse en mi memoria,
muy lenta, aquella rama.
Mi madre se ha rendido a un nudo
de claridad y sombra. Su semblante
cae en los tonos del color más próximo
a la muerte,
el amarillo que la plata agria
transforma en inminencia, en blando acero.

Aquella rama, horizontal, sostiene
un plomo diáfano
que ahora gravita fuera,
aunque tal vez también estuvo dentro
de la habitación
y es sólo la memoria la que expulsa
ese peso de luz. Mi madre, así,
queda nimbada de fatiga y límite.

Si escucho el desvarío, el intrincado
pasadizo desierto
por donde ella accede
a la niña que fue,
o a un nombre,
o al presente enigmático
que en su palabra está sacrificándose,
se me aparece allí, junto a su voz,
la rama,
vívido brazo verde
detrás del ventanal, foco del día,
ajena y lógica porque es más firme.

Mi madre habla
en un aire privado, en la certeza
de sílabas cegadas que en mí laten,
perdidas para el mundo.

Asiento poderoso de algo real,
la rama no desaparece. Fue
y está, estuvo y es. Se queda aquí
y ocurre en la memoria,
doble y única.

Noto el trabajo de su pesantez
tan inocente, tan imperturbable.

Perdura en el verdor de la verdad.

Antonio Cabrera

viernes, 23 de marzo de 2012

MARCHEMOS POR LA PAZ

Que nada te engañe
Para embarcarte en una guerra
No te armes ni de fusiles ni de lanzas
No desperdicies ni tu fuerza ni tu tiempo, hermano
Marchemos por la paz que eso es mucho mejor

No existe guerra buena
Ni guerra pequeña
No existe guerra propia
Ni sobrio
Ni guerra santa
Ni hay guerra relámpago
Se sabe cuando comienza
Pero jamás cuándo va a terminar
Marchemos por la paz que eso es mucho mejor

Toda cosa combatida
Se nutre de la energía del combatiente
Y puede también destruirlo
Confundir guerra y paz en une sola medalla
No puede sino nutrir el odio
Y justificar la violencia
Superar la cólera. Vencer la intolerancia
Es una marcha por la paz y eso es mucho mejor
Alto a las discriminaciones, respetemos las diferencias

La paz no tiene necesidad de Héroes ni de Mártires
Sino de los actos de todos los días para mayor armonía
Marchemos por la paz que eso es mucho mejor

Todos los combates « Contra »
No han hecho sino reforzar
Ese contra el cual estaban dirigidos
Combates contra las drogas la depravación
La prostitución, la corrupción
E incluso contra la pobreza,
Dirijamos más bien combates « Para »
Para hacer progresar a la humanidad
Marchemos por la paz que eso es mucho mejor

Werewere Liking

miércoles, 21 de marzo de 2012

Palabras de guerra y paz

Bombas inteligentes, verdugos del imperio
Asesinos de pueblos, destructores de la vida, la paz, la humanidad
Y si mis ojos se levantan para mirar el rostro del asesino
De aquel militar oligarca, el que hizo desaparecer a personas
Y no pensó jamás que quedaría la mirada del pueblo
Acusándolo,
Y si cerrara los ojos a los hijos de las calles, de las miserias humanas
De la ignorancia y la mentira,
Sería un paria arrastrándome como un insecto inofensivo
Que se alimenta de la podredumbre social
Si abriera los ojos a las guerras de independencia que hace doscientos años
Aceitaron la historia de nuestra América,
Y pusieron los cimientos para la construcción de la patria nueva…
Y forjáramos las sendas de Pancho Villa, Martí, Sandino
Para construir las carreteras iniciadas por los desaparecidos de estas tierras
Por la genocida guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay
Y descubriéramos la cara del imperialismo que destruyó el continente a pedazos
Con sus políticas de dominación…
Y por fin nos reconociéramos a nosotros mismos
Hijos de las selvas, los desiertos, las montañas y los mares
Si llegáramos a despertar como un volcán de riquezas naturales
Y amarráramos bien fuerte nuestras fronteras hasta hacerlas desaparecer
Por fin el sueño no tan lejano será nuestro
Y el futuro sembrado de unión, solidaridad y fraternidad
Romperá las cadenas que nos atan, más aún
Nuestra historia no será solo la nuestra, sino que se propagará
Por el mundo entero
Como un tesoro escondido en estas tierras
Celosamente guardado por los pueblos originario
Y generosamente esparcido por el mundo
Para no hacer solo una patria grande sino un universo de paz…


Ernesto Centurión

lunes, 19 de marzo de 2012

Canta África canta

Canta
África canta
Es el tiempo de que cantes tus canciones
¡Es el tiempo de que cantes dejando tu corazón afuera!
Canta África canta
Canta de tus
Luchas
Canta de tus batallas
Canta de tus héroes
Canta de tus victorias.


Canta África canta
Asciende sobre tus árboles
Asciende sobre tus montañas
Asciende sobre tus valles
Asciende sobre tus colinas
Alcanza las cúspides
Deja que tu hermosa voz
Llene el aire
De música.


Canta África canta
Deja a tus niños de pecho cantar
Deja a tus hermosas mujeres cantar
Deja a tus hombres fuertes
Cantar
Deja a todos hacer una gran
Melodía
¡Una
Gran canción!


Canta África canta
Deja que tus ecos
Se escuche en el
En todas las naciones
Deja a los animales bailar
Deja a los arboles balancearse
E inclinase
Deja tus mares rugir
Siente la música
en el aire
Deja a todos en
El este y el oeste
En el sur y el norte
Desde el cabo hasta el Cairo
Escuchar tu canción
¡Y canta
África canta!

sábado, 17 de marzo de 2012

Las cosas obedecen al soplo vital. Se nace para gozar.

Las cosas obedecen al soplo vital. Se nace para gozar.
Y gozar ya es nacer. En cuanto a mí nada sé.
Lo que tengo me entra por la piel y me hace actuar
sensualmente.
No quiero sacrificar mi día de hoy por el de mañana.
Estoy un poco asustada. No sé adónde me llevará esta
alegría suelta como un caballo.
Quisiera sacarle una foto a este instante.
Hoy es martes y este martes está hecho del más puro aire
y la más pura felicidad. Cada minuto que pasa
es un milagro que no se repite.

ClariceLispector

jueves, 15 de marzo de 2012

Los justos

Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Borges

martes, 13 de marzo de 2012

LAS RAZONES DEL VIAJERO

Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.

Cuando pasan los dias
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.

Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.

Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fantasmas como saldo,
un camino de nubes.

Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.

De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.

No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.

Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.

Tiempo de habitaciones separadas.

Luis García Montero

domingo, 11 de marzo de 2012

viernes, 9 de marzo de 2012

LABOR

Yo traje a este sitio mi cuerpo
y aquí lo desgasto en jornadas,
aquí me esfuerzo de luna a luna
hasta que la palabra descanso
florece hermosísima en la boca.
El techo bajo el que nos guarecemos
es provisional e inestable; en ocasiones
confundimos todo esto con un hogar.
Conformamos una familia extraña:
hermanos bajo las luces permanentemente encendidas
de la videovigilancia, sacándole punta al tiempo
en una labor enhebrada por obediencias
y desobediencias, sutiles percepciones,
soledades y compañías, diálogos callados.
Vistos desde lejos parecemos granos de arena
arrastrados por un viento inútil. “¿Y qué importa?”,
nos decimos los unos a los otros.
Pero en los sueños murmuran sombras
que nos interrogan y nos turban, que musitan:
“¿Cómo se puede ser arena
sin ser desierto, sin sufrir la sed?”

El jornal no paga la sangre de mis horas, su alto sacrificio.

En el trabajo está prohibido hablar.
Pero yo hablo. Todos hablan.

David Eloy Rodríguez

jueves, 8 de marzo de 2012

LAS MUJERES DE MI GENERACIÓN

Las mujeres de mi generación
abrieron sus pétalos rebeldes
de rosas, camelias, orquídeas y otras yerbas,
de saloncitos tristes, de casitas burguesas,
de costumbres añejas,
sino de yuyos peregrinos entre vientos.

Porque las mujeres de mi generación florecieron
en las calles, en las fábricas,
se hicieron hilanderas de sueños,
en el sindicato organizaron el amor
según sus sabios criterios.

Es decir, dijeron las mujeres de mi generación,
a cada cual según su necesidad
y capacidad de respuesta,
como en la lucha golpe a golpe,
en el amor beso a beso.

Y en las aulas argentinas, chilenas o uruguayas,
supieron lo que tenían que saber,
para el saber glorioso
de las mujeres de mi generación.

Minifalderas en flor de los sesenta,
las mujeres de mi generación
no ocultaron ni las sombras de sus muslos,
que fueron los de Tania.

Erotizando con el mayor de los calibres
los caminos duros de la cita con la muerte.

Porque las mujeres de mi generación,
bebieron con ganas del vino de los vivos,
acudieron a todas las llamadas
y fueron dignas en la derrota.

En los cuarteles las llamaron putas
y no las ofendieron,
porque venían de un bosque de sinónimos alegres:
minas, grelas, percantas, cabritas, minones,
gurisas, garotas, jevas, zipotas,
viejas, chavalas, señoritas.

Hasta que ellas mismas escribieron
la palabra Compañera,
en todas las espaldas
y en los muros de todos los hoteles.

Porque las mujeres de mi generación nos marcaron
con el fuero indeleble de sus uñas
la verdad universal de sus derechos.

Conocieron la cárcel y los golpes,
habitaron en mil patrias y en ninguna,
lloraron a sus muertos y a los míos como suyos,
dieron calor al frío y al cansancio deseos,
al agua sabor y al fuego lo orientaron
por un rumbo cierto.

Las mujeres de mi generación parieron hijos eternos,
cantando “Summertime” les dieron teta,
fumaron marihuana en los descansos,
danzaron lo mejor del vino
y bebieron las mejores melodías.

Porque las mujeres de mi generación,
nos enseñaron que la vida
no se ofrece a sorbos, compañeros,
sino de golpe y hasta el fondo de las consecuencias.

Fueron estudiantes, mineras, sindicalistas, obreras,
artesanas, actrices, guerrilleras,
hasta madres y parejas
en los ratos libres de la Resistencia.

Porque las mujeres de mi generación,
sólo respetaron los límites
que superaban todas las fronteras.

Internacionalistas del cariño, brigadistas del amor,
comisarias del decir te quiero, milicianas de la caricia.

Entre batalla y batalla,
las mujeres de mi generación lo dieron todo
y dijeron que eso apenas era suficiente.

Las declararon viudas en Córdoba y en Tlatelolco,
las vistieron de negro en Puerto Montt y Sao Paulo,
y en Santiago, Buenos Aires o Montevideo,
fueron las únicas estrellas
de la larga noche clandestina.

Sus canas no son canas,
sino una forma de ser
para el quehacer que les espera.

Las arrugas que asoman en sus rostros,
dicen he reído y he llorado y volvería a hacerlo.

Las mujeres de mi generación,
han ganado algunos kilos de razones
que se pegan a sus cuerpos,
se mueven algo más lentas,
cansadas de esperarnos en las metas.

Escriben cartas que incendian las memorias.

Recuerdan aromas proscritos y los cantan.
Inventan cada día las palabras
y con ellas nos empujan,
nombran las cosas y nos amueblan el mundo.

Escriben verdades en la arena y las ofrendan al mar.

Nos convocan y nos paren sobre la mesa dispuesta.

Ellas dicen pan, trabajo, justicia, libertad,
y la prudencia se transforma en vergüenza.

Las mujeres de mi generación son como las barricadas:
protegen y animan, dan confianza
y suavizan el filo de la ira.

Las mujeres de mi generación
son como un puño cerrado,
que resguarda con violencia la ternura del mundo.

Las mujeres de mi generación no gritan,
porque ellas derrotaron al silencio.

Si algo nos marca, son ellas.

La identidad del siglo, son ellas.

Ellas: la fe devuelta, el valor oculto en un panfleto,
el beso clandestino, el retorno a todos los derechos.

Un tango en la serena soledad de un aeropuerto,
un poema de Gelman escrito en una servilleta,
Benedetti compartido en el planeta de un paraguas,
los nombres de los amigos
guardados con ramitas de lavanda.

Las cartas que hacen besar al cartero,
las manos que sostienen los retratos de mis muertos,
los elementos simples de los días
que aterran al tirano,
la compleja arquitectura de los sueños de tus nietos.

Lo son todo y todo lo sostienen,
porque todo viene con sus pasos
y nos llega y nos sorprende.

No hay soledad donde ellas miren,
ni olvido mientras ellas canten,
intelectuales del instinto, instinto de la razón,
prueba de fuerza para el fuerte
y amorosa vitamina del débil.

Así son ellas, las únicas, irrepetibles, imprescindibles, sufridas,
golpeadas,
negadas pero invictas mujeres de mi generación.


Luis Sepúlveda

lunes, 5 de marzo de 2012

EL CAMINO

De ahora en adelante, esperanza.
Me falta el aliento,
de ahora en adelante,esperanza.
Si no hay camino
lo construyo mientras lo hago.
De ahora en adelante, historia.
Historia no como pasado,
sino como todo lo que es.
Del futuro, de sus peligros,
en mi vida presente,
hasta lo desconocido que viene,
y la oscuridad que viene.
Oscuridad
es solo ausencia de luz.
De ahora en adelante, esperanza.
El camino no existe.
Por esto lo construyo mientras lo hago.
He aquí el camino.
He aquí el camino,
y lleva siempre consigo, impecable,
numerosos mañanas.

KO UN

sábado, 3 de marzo de 2012

Hoy, antes del alba

Hoy, antes del alba, subí a las colinas, miré los cielos llenos de
luminarias y le dije a mi espíritu:

Cuando conozcamos todos estos mundos y el placer y la sabiduría de
todas las cosas que contienen, ¿Estaremos tranquilos y satisfechos?

Y mi espíritu dijo:

No, ganaremos esas alturas sólo para seguir adelante.

WALT WHITMAN

jueves, 1 de marzo de 2012

Los gorriones

Los gorriones son gente de cuidado.

Desconfían muchísimo. Hacen bien.

No tienen sindicatos ni matrículas,

nadie los riega todas las mañanas,

no llegan a menudo a centenarios,

las uñas se les ven sin manicura,

de pequeñitos fueron sólo un huevo,

los chinos les juraron guerra a muerte,

en otoño les duelen las junturas,

las bichas hipnotízanlos protervas,

llámanles maricones los ministros,

los flautistas defecan en sus barbas,

desplúmanles pechugas los enanos,

plántanles cepos los latifundistas,

móntanles redes los de la fritanga,

ahógalos de amor el tierno infante,

son gente con qué pocos partidarios

los jodidos gorriones. Son triperos.

Son bajitos. Y vuelan, pero poco.

¡Cómo no van a ser insoportables!

Échales más veneno en las miguitas.

Jesús Munárriz