domingo, 5 de junio de 2011

Polución

Ahora sí que estamos en capilla. 
Ningún juez ha firmado la sentencia 
para dejar de ver el rostro de los días, 
los cabellos del aire, 
los pies de las montañas. 
Las fábricas se salen con las suyas: 
inmolan 
lo que aún nos quedaba en el haber. 
Y la muerte produce dividendos 
en esta sociedad a tumba abierta 
que llaman de consumo. 
Hasta a la mar le duele el horizonte, 
la soledad de nuestra compañía. 
Está perdiendo el aire los pulmones, 
la mar sus esperanzas 
y los ríos sus muslos sin regazo. 
Y no digamos nada de las penas 
de quienes van la noche trabajando 
para dar con el alba. 
Haced un plebiscito. 
Y que voten los árboles 
con sus nidos vacíos, 
las aguas con sus peces flotando a la deriva, 
las desprovistas madrigueras. 
Y que voten también los desiertos, 
las islas, las arenas, 
los cestos de basura de las calles, 
el beso de los novios y los cines. 
Sí, votemos por el sueño de la vida 
los que estamos al borde de la muerte. 

Pedro García Cabrera

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