jueves, 17 de marzo de 2011

MADRE SAHARAUI

No conozco esta tierra que te alimenta,
pero sé de tu sufrimiento,
de tus llagas y heridas
y tus ojos de tristeza ahogada
en medio del desierto.

Tus manos polvorientas cuidan
las pieles desnudas de tus cinco hijos
que lloran cada mañana sus miserias.

No tienes nada que ofrecerles,
quizá un besomariposa
que acaricie sus lánguidos cabellos
y sus fláccidos cuerpos entre piedras.
Pero siguen sonriendo, con la luz
marchita de tantos otoños silenciosos.

Agua y desierto.
Luna desolada que brillas
en la inmensidad de este océano amarillo.
Tan lejos del mundo,
tan cerca del miedo.

Sólo esperas que Alá
te regale un nuevo día
para abrazar a tus niñossoles.

Micaela Serrano Quesada

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