domingo, 31 de agosto de 2008

NUDOS

En el telar de la trastienda,
de todos los colores
en todos los idiomas,
de todas las medidas,
Ahmed ofrece alfombras:
las extiende, las cubre, las explica,
con el último precio las enrrolla.

Altivo tras los fardos
Ahmed come a escondidas.
Sólo él sabe el valor que regatea,
la miseria que dan catorce horas,
la vida que se pierde en siete días.

SALVADOR GARCÍA RAMÍREZ

miércoles, 27 de agosto de 2008

Indigente

Vive
en el parque y
de la beneficencia
tiene cincuenta años y
los dientes podridos
y le gusta el fino, el buen flamenco
y las piernas de las enfermeras
cuando acude algunas tardes
a las urgencias del ambulatorio cercano
quejándose con mucho teatro
de una nueva mordedura
de la soledad.

DOMINGO LOPEZ

martes, 26 de agosto de 2008

XVI. POEMA

Las leyes son para que las cumplan los pobres.
Las leyes son hechas por los ricos
para poner un poco de orden a la explotación.
Los pobres son los únicos cumplidores de leyes
de la historia.
Cuando los pobres hagan las leyes
ya no habrá ricos.

Roque Daltón

martes, 19 de agosto de 2008

ORACIÓN DE UN DESOCUPADO

Padre,
desde los cielos bájate, he olvidado
las oraciones que me enseñó la abuela,
pobrecita, ella reposa ahora,
no tiene que lavar, limpiar, no tiene
que preocuparse andando el día por la ropa,
no tiene que velar la noche, pena y pena,
rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.

Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,
que me muero de hambre en esta esquina,
que no sé de qué sirve haber nacido,
que me miro las manos rechazadas,
que no hay trabajo, no hay,
bájate un poco, contempla
esto que soy, este zapato roto,
esta angustia, este estómago vacío,
esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre
cavándome la carne,
este dormir así,
bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
tócame el alma, mírame
el corazón,!
yo no robé, no asesiné, fui niño
y en cambio me golpean y golpean,
te digo que no entiendo, Padre, bájate,
si estás, que busco
resignación en mí y no tengo y voy
a agarrarme la rabia y a afilarla
para pegar y voy
a gritar a sangre en cuello
por que no puedo más, tengo riñones
y soy un hombre,
bájate, qué han hecho
de tu criatura, Padre?
un animal furioso
que mastica la piedra de la calle?

Juan Gelman

lunes, 18 de agosto de 2008

Los justos

Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

J.L. Borges

domingo, 17 de agosto de 2008

Allende

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada una hueste una brigada
tuvieron que creer que era otro ejército
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre del paz era una fortaleza

para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

Mario Benedetti

sábado, 16 de agosto de 2008

Reglas del juego para los hombres que quieran amar a mujeres mujeres

I

El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.

II

El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado suyo.

III

El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV

El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V

El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI

El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII

Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.

VIII

El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX

El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X

El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.

XI

El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.

Gioconda Belli

Indeseable

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siemrpe.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.

JOSÉ EMILIO PACHECO

jueves, 14 de agosto de 2008

EL DERROTADO

Atrás quedaron los escombros:
humeantes pedazos de tu casa,
veranos incendiados, sangre seca
sobre la que se ceba -último buitre-
el viento.

Tú emprendes viaje hacia adelante, hacia
el tiempo bien llamado porvenir.
Porque ninguna tierra
posees,
porque ninguna patria
es ni será jamás la tuya,
porque en ningún país
puede arraigar tu corazón deshabitado.

Nunca -y es tan sencillo-
podrás abrir una cancela
y decir, nada más: «buen día,
madre».
Aunque efectivamente el día sea bueno,
haya trigo en las eras
y los árboles
extiendan hacia ti sus fatigadas
ramas, ofreciéndote
frutos o sombra para que descanses.

Ángel González

miércoles, 13 de agosto de 2008

VICEVERSA

Miedo a la guerra, al vacío, al espejo,
al odio de los hombres, al tedio,
al hábito de tener pesadillas y no sueños.
Miedo al desamparo, al frío,
a la mordaza, a la espera incesante,
a un cuchillo de silencio.
Miedo a la fuerza feroz de las palabras,
al caballo desbocado que huye,
a la gota que cae sin consuelo.
Miedo a las horas cuando afilan sus dientes,
a la sangre querida, al impasible abrazo,
a una mañana que no espera la tarde.
Miedo a no ser, a estar ausente,
al desencuentro, al alma torpe,
a la mediocridad del sufrimiento.
Miedo al que huye de un beso
como de una bala perdida.
Miedo al miedo.
Nunca miedo al amor,
al amor nunca y viceversa


LUZ HELENA CORDERO

martes, 12 de agosto de 2008

Las armas

Muchos se arman para la guerra.
Es necesario.
Otros se arman para el mundo.
Es preciso.
Algunos se arman para la muerte.
Es natural.
Tú te armas para el amor
y estás tan indefenso
para la guerra,
para el mundo,
para la muerte.

Luz Helena Cordero

PIEDRA Y PUEBLO

Si por decir una verdad
las hijas
han de matarme,
la mujer
han de violarme,
la casa
donde vivo
han de derribar;
Si por decir una verdad
han de cortarme
la mano
con que escribo,
la lengua
con que canto;
Si por decir una verdad
mi nombre
han de borrar
de las áureas
páginasde la literatura vasca;
en ningún momento,
de ninguna forma,
en ningún lugar
podré
callarme.

GABRIEL ARESTI

domingo, 10 de agosto de 2008

NUNCA SE SABE

En un barrio cualquiera
en el trabajo
en la universidad
hay un individuo que parece
perfectamente normal
un buen ciudadano
un estudiante más
un padre de familia
qe cumple con sus deberes
y duerme tranquilo
Él no sabe
qe en otras condiciones
en otro tiempo
en otras circunstancias
podría ser
un informante
de la policía secreta
un censor de libros
un torturador
Pero ahí está
muy cerca suyo
o quizás es usted mismo
o el que lee este poema
o el que lo escribe

ÓSCAR HAHN