lunes, 24 de noviembre de 2008

LOS NADIE

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadie con salir
de pobres,
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a
cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los
nadie la llamen,
aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie
derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,
muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la
prensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata.

Eduardo Galeano

1 comentario:

Unknown dijo...

Cuando la profesora leyó en clase Los Nadies, de E. Galeano, no todos tuvimos el convencimiento de que nos gustara, especialmente a algunos chicos. A veces, como apuntó alguien en clase, nos acostumbramos a que un poema nos guste por su rima, o si habla de amor, de la primavera o de la naturaleza. Pero no que nos pueda hacer pensar. Pensar en los otros, en los que sufren. Yo, que tengo 14 años, veo la vida a través de mis problemas personales, bueno, y de los problemas de mis amigas y amigos. Pero, vaya, Eduardo Galeano ha sabido sacudir nuestras conciencias, me ha permitido que, por un momento, deje de mirarme al ombligo, ponga mi yo a un lado, me olvide de los anuncios de la tele, de las ropas de marca, de este sábado noche y me permita, nos permita , pensar en el mundo en que vivimos: hambre, guerra, violaciones, masacre, injusticia, desolación, desigualdad, indiferencia... y no recuerdo cuántas más se escribieron en la pizarra. Por eso a todo el grupo de 2ESOB nos gustó la segunda lectura. Logramos entender el poema. Y con la tercera, disfrutamos, a pesar de su crudeza. Soy chica, 14 años, siglo veintiuno, país desarrollado. Estoy en el lado bueno de la vida, en el de los privilegiados. Soy alguien. Persona. Y pienso que otro mundo es posible.